Los medicamentos veterinarios están destinados a prevenir, tratar o diagnosticar las enfermedades que pueden padecer los animales, evitando también la propagación de enfermedades a los seres humanos.
Según publica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el procedimiento de evaluación y autorización de estos medicamentos es el mismo que para los medicamentos de uso humano, pero, además, los medicamentos veterinarios tienen que atender a efectos relativos a su uso con consecuencias sobre la salud pública, la sanidad animal y el medio ambiente.
En todos aquellos animales dedicados a la producción de alimentos de consumo humano se realizan estudios para determinar los límites máximos de residuos (LMR). El límite máximo de residuos es la cantidad máxima de la sustancia activa y metabolitos del medicamento que puede alcanzarse en los tejidos del animal de forma que sean inocuos para el consumidor. Una vez fijado el LMR por la Comisión Europea, cada medicamento debe justificar ante la autoridad competente su tiempo de espera que es el plazo que hay que respetar antes de su sacrificio para que el animal metabolice el medicamento de tal forma que los residuos de éste estén por debajo de esos LMR y, en consecuencia, se puedan obtener de él los distintos alimentos (carne, vísceras, leche, huevos, miel, etc.).
La AEMPS es la garante de que se establezca un tiempo de espera para cada uno de los medicamentos veterinarios destinados a usarse en animales productores de alimentos. Este tiempo de espera es una herramienta fundamental para asegurar que los alimentos de origen animal sean alimentos seguros, libres de contaminación de residuos de todo tipo de medicamentos veterinarios. El esfuerzo común realizado entre veterinarios, ganaderos, industria farmacéutica y autoridades sanitarias permite la obtención de alimentos seguros desde el punto de vista de la ausencia de medicamentos en los mismos.