Julia Keenliside, veterinaria epidemióloga del Alberta Agriculture and Rural Development (Canadá), es la autora de un estudio* sobre la influenza A en el cerdo y otros animales domésticos y salvajes. La investigadora explica que el virus ha sido aislado en una gran variedad de especies, tanto de mamíferos como de aves. Los patos y gansos silvestres son su principal reservorio.
Keenliside hace un repaso de la grave crisis que supuso para el sector porcino mundial la diseminación del virus A H1N1 de la gripe pandémica en 2009. Una de las cuestiones que señala la veterinaria es el mal tratamiento mediático que recibió la enfermedad, que se denominó de forma errónea “gripe porcina”, lo que hizo que el consumo de la carne de cerdo descendiese de forma drástica en todo el mundo sin justificación alguna. Sólo en Norteamérica las pérdidas para los productores y la industria porcina se cifraron en cientos de millones de dólares.
Posteriormente, el virus se ha detectado en pavos, gatos, perros, hurones y varias especies silvestres de mamíferos y aves. El contagio de los animales a partir de las personas se ha confirmado en numerosos casos, como así fue en la primera granja porcina canadiense que resultó positiva a la enfermedad.
La monitorización del virus en las poblaciones porcinas es una de las medidas que se ha sugerido para mejorar el control y evitar el desarrollo de futuros virus pandémicos de la gripe. Pero para que los sistemas de vigilancia funcionen es necesario que los protocolos de control incluyan provisiones que permitan proteger la subsistencia de los porcicultores, según concluye la autora.
*Keenliside J. Pandemic Influenza A H1N1 in Swine and Other Animals. Curr Top Microbiol Immunol. 2012 Dec 21