Según publica PigProgress.net, se han realizado tres experimentos para evaluar si los lechones, durante la lactancia y después del destete, tienen la capacidad de preferir aromas naturales o artificiales previamente añadidos a las dietas de gestación.
Durante siete minutos, se ofrecieron a lechones, de dos en dos, tres estímulos para elegir: líquido amniótico de sus madres, líquido amniótico ajeno o agua (experimento 1) o entre un sabor añadido a la dieta al final de la gestación, un sabor control o agua (experimento 2).
La misma estrategia prenatal se utilizó en los estudios de preferencia de los lechones a un pienso de iniciación con sabor o sin sabor durante el periodo de lactancia (experimento 3).
Los lechones lactantes prefirieron el sabor del líquido amniótico de sus propias madres antes que el de un líquido amniótico ajeno y también prefirieron el sabor específico que se les había dado a las cerdas durante la gestación (anís y queso fresco).
Sin embargo, la exposición prenatal al sabor no aumenta las preferencias de los lechones por piensos de iniciación con sabor, comparados con los que no tienen sabor. La exposición prenatal a sabores a través de la dieta de la madre influye en las preferencias del lechón por sabores nuevos, probablemente por la asociación positiva entre sabores , el recuerdo de la experiencia uterina y el efecto de familiaridad.
Sin embargo, estos resultados no excluyen rutas alternativas de exposición de los lechones recién nacidos a los sabores de la alimentación de la cerda. Las preferencias adquiridas antes del nacimiento parece ser que son de larga duración. Esto puede ser un factor importante para reducir las fobias a sabores específicos en cerdos jóvenes.
El trabajo completo se ha publicado en la revista Animal Feed Science and Technology