Para asegurarse de que las dietas se formulan de forma económica y de forma que maximizan la calidad de grasa del cerdo, se necesita información precisa sobre el valor de la energía de la grasa de los ingredientes de la dieta. Por este motivo, según publica Medical News Today en su página web, investigadores de la Universidad de Illinois han determinado la digestibilidad ileal real y la total del tracto de las grasas de cuatro subproductos del maíz, así como de la soja completa (con todo su contenido en grasa) y del aceite de maíz.
Hans H. Stein, profesor de Ciencia Animal de la Universidad de Illionis, ha sido la persona encargada de liderar al grupo de investigadores durante el estudio de los cuatro subproductos del maíz (granos secos de destilería con solubles (DDGS), granos secos de destilería con alto nivel de proteína (DDG-P), germen de maíz y aceite de maíz (con alrededor de un 7 % de lípidos); de la soja completa y del aceite extraído del maíz.
Las tres dietas se formularon para que contuvieran cada fuente de aceite. Además se formuló una dieta basal a la que no se le añadió ninguna grasa. Se alimentó a los cerdos con estas dietas y posteriormente se calculó para cada dieta la digestibilidad ileal aparante y la total del tracto de los lípidos y se utilizó un procedimiento de regresión para estimar las pérdidas endógenas y calcular la digestibilidad ileal real y la digestibilidad total de los lípidos.
Los resultados pusieron de manifiesto que los cerdos pueden utilizar el aceite de soja de forma mucho más eficiente, ya que los investigadores observaron que la digestibilidad de este ingrediente es mucho mayor que la de los subproductos del maíz. Los científicos atribuyeron esto a las diferencias en la forma en que la grasa se almacena en los ingredientes: la soja tiene casi un 20 % de grasa y, por lo tanto, mucha de esta grasa se almacena en forma de triglicéridos regulares relativamente fáciles de digerir. En los otros ingredientes, en particular en el germen de maíz y los DDGS, algunas de las grasas se encuentran encapsuladas por fibra, lo que dificulta sus digestión por las encimas.
Según los resultados del estudio, la digestibilidad ileal real del aceite de maíz fue superior al 95,4 %. Entre las fuentes de grasas completas, la de la soja competa fue del 85,2 % y la de los de los DDGS-P, 76,5 %, la más digestible. La digestibilidad de la grasa más baja la presentaron los DDGS (62,1 %), el aceite de maíz (53,0 %) y el germen de maíz (50,1 %).
Stein afirmó que los resultados de este trabajó concuerdan con varios experimentos previos que indican que el valor de energía de algunos ingredientes era menor que el esperado basándose en su contenido de lípidos. Según Stein la explicación radica en que los cerdos no digieren los lípidos de ciertos ingredientes muy bien, por lo que no necesariamente ayuda a que estos productos tengan mayor concentración de aceite.
Además Stein hizo hincapié en que, desde un punto de vista nutricional, debería existir un claro avance si se pudiera extraer primero la grasa de los ingredientes y después añadirla a la dieta como aceite de maíz. Que este enfoque sea rentable dependerá del precio de extracción del aceite del maíz y de otros ingredientes.