La neosporosis es una infección parasitaria causada por el protozoo Neospora caninum. Las vacas que se infectan con el parásito sufren abortos entre los 3 y 9 meses de gestación o producen nacidos muertos o terneros prematuros. Además, los casos de abortos son repetidos.
Según el Moredun Research Institute (Reino Unido), el ganado infectado tiene de 3 a 7 siete veces más probabilidad de abortar que el ganado que no está infectado. Como la enfermedad no provoca otros signos clínicos aparentes, sólo puede diagnosticarse mediante una analítica sanguínea o mediante un examen post mortem después de un aborto.
La infección no se transmite por contacto directo entre el ganado, pero las hembras afectadas pueden transmitir el parásito a su descendencia varias generaciones y en sucesivas gestaciones.
Tal y como publica Farmers Guardian, parece que los perros son una fuente de infección para las vacas. El ciclo es el siguiente: los perros se infectan cuando ingieren material del ganado contaminado (por ejemplo las placentas de vacas recién paridas que están infectadas con el parásito); una vez que han contraído el parásito, lso perros excretan huevos del mismo en las heces, contaminando los pastos, el alimento, el agua o la cama que usa el ganado, de forma que las vacas ingieren los huevos del parásito.
Un vez que la vaca ingiere el parásito, éste se distribuye a través del torrente sanguíneo, y si el animal está gestante puede invadir la placenta y el feto, causando nacidos muertos y abortos.
Aunque en los perros el parásito puede afectar seriamente la salud de los animales infectados, no siempre existe una manifestación clínica aparente.
En la actualidad no existe una vacuna disponible frente a la nesosporosis, por lo que es imprescindible que los ganaderos tomen medidas preventivas evitando que los perros puedan acceder al material de desecho de los partos y manteniendo el heno, la cama, el agua y el terreno de pasto libre de contaminación fecal.