El descenso de la producción lechera en las vacas sujetas a sistemas de un solo ordeño al día se asocia a un aumento en la metilación del ADN que hace que descienda la actividad del gen codificador de la caseína aS1, según explica una noticia publicada en la página web del INRA (Instituto Nacional de Investigación Agronómica) francés.
La metilación, acetilación y fosforilación del ADN son las causas de que unas células de nuestro organismo sean diferentes de otras, a pesar de tener todas la misma carga genética. Estos procesos hacen que unos genes se expresen y otros no, mediante una lectura dirigida de la información genética. A esto se le llama epigenética y en las explotaciones ganaderas las marcas epigenéticas están implicadas en la expresión del potencial genético de cada individuo, son heredables, modificables en función del medio ambiente y, además, reversibles con consecuencas sobre la producción a más corto o más largo plazo.
En la vaca lechera, la epigenética tiene una enorme importancia: hay marcas epigenéticas exclusivamente mamarias que se van modificando a lo largo de todo el proceso de desarrollo de la glándula (desde el momento en que la vaca no es más que un feto hasta cuando queda preñada o está en periodo de lactación). Y según los investigadores del INRA, parece que los efectos sobre el descenso de la producción de leche en vacas que se ordeñan una sola vez al día respecto a las que se ordeñan dos tienen una base epigenética.
Han llegado a esta conclusión tras llevar a cabo un estudio sobre ocho vacas Holstein de primera lactación, habitualmente ordeñadas dos veces al día. Durante una semana han ordeñado dos de sus cuarterones una sola vez y los otros dos cuarterones dos veces, para observar los cambios en la producción lechera y los que se producían en la propia mama, estos últimos mediante biopsias.
La producción láctea de los cuarterones ordeñados una sola vez fue inferior en un 37 % a la de los cuarterones ordeñados con el protocolo habitual durante la semana del estudio. Pero, además, el efecto sobre la producción se mantuvo durante la semana siguiente, durante la cual los cuarterones ordeñados una sola vez la semana anterior (sometidos ya a dos ordeños) todavía produjeron un 6 % menos que los ordeñados dos veces.
El descenso de la producción lechera se asoció a una disminución de la cantidad de ARN mensajeros codificadores de las proteínas lecheras, fundamentalmente de las caseínas. El nivel de metilación del ADN aumentó notablemente en las glándulas ordeñadas una sola vez al día y fue más marcado en la zona del gen CSN1S1, codificador de la caseína aS1. Como la metilación es una marca genética estable, esto explicaría la bajada de producción residual durante la semana siguiente al estudio en los cuarterones que habían sido ordeñados una sola vez al día. En cambio, se ha observado que este efecto no se mantiene entre lactaciones: la explicación es que las divisiones celulares consecuentes a la remodelación del tejido mamario entre periodos de lactación harían que el efecto de la metilación desapareciese.