La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio ha declarado Baleares “Zona remota para la eliminación de subproductos de origen animal no destinados al consumo humano”, con lo que permite que los ganaderos entierren en sus granjas a los animales muertos, siempre que cumplan determinadas condiciones sanitarias.
La medida, que tendrá vigor hasta que concluya 2021, elimina la obligación de trasladar hasta la península los residuos animales ante la falta de instalaciones de transformación o incineración adecuadas en el archipiélago y levanta la prohibición de inhumar ganado muerto que se fijó en el año 2000 a raíz de la crisis de las vacas locas.