Según publica Global Meat News, la revisión que ha hecho la EFSA de nuevos datos científicos de algunos de los equipos que actualmente alcanzan los estándares técnicos que exige la normativa europea (CE) 1099/2009, concluye que las aves no se quedan inmediatamente inconscientes por la intervención. Además, ha añadido que cuando esto pasa los animales sufren dolor, angustia y sufrimiento.
Los datos además mostraron deficiencias para demostrar la ausencia de dolor y sufrimiento hasta el inicio de la inconsciencia. Así mismo, la duración mínima de la inconsciencia fue muy corta para asegurar que las aves permanecían en este estado hasta la muerte por desangrado.
La EFSA ha dictaminado que la complejidad de múltiples sistemas de aturdimiento eléctrico en baño de agua utilizado en los mataderos de pollos, como el valorado en el estudio, no son propicios para mantener un buen bienestar y, por lo tanto, se deben desarrollar e implementar alternativas.
Sin embargo, no recomiendan cambiar la reglamentación europea que exige que para los en los sistemas de aturdido de 200 Hz, los pollos debe exponerse a 100 mA; y para sistemas de 200 a 400 Hz, deben exponerse a 150 mA. Para los sistemas eléctricos de sólo cabeza, debe ser 240 mA.
La reglamentación insiste en que el ganado sólo puede sacrificarse previo aturdimiento y la pérdida de consciencia y sensibilidad debe mantenerse hasta la muerte del animal. Los sistemas estudiados en el informe usan 15 segundos de sacudida de 104 mA, un voltaje de 125,86 V y una frecuencia de 589,78 Hz. Pero esto no es lo suficientemente largo para prevenir la recuperación de la consciencia después del corte del cuello o durante el desangrado.