Agencia DiCYT publica en su web los detalles de un estudio* llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores encabezados por Dario Zamboni, de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP), en Brasil. En este estudio han conseguido identificar la proteína de C. burnetii capaz de inhibir la respuesta inflamatoria celular y, según explican los autores, el descubrimiento servirá para desarrollar nuevos antiiflamatorios basados en el mecanismo de acción de esta proteína. Además, claro está, de nuevos medicamentos para combatir a C. burnetii.
Zamboni declaró a Agencia DiCYT que tenían un interés particular en estudiar esta bacteria “pues inhibe diversas etapas relacionadas con la activación del sistema inmunitario. Por eso es tan virulenta. Se estima que una sola de estas bacterias es capaz de hacer enfermar a un individuo sano”.
C. burnetii, normalmente hallada en las secreciones (moco vaginal, leche, excrementos, orina o semen) de animales de cría tales como cabras, cerdos y vacas, infecta a las personas por vía inhalatoria, causando un cuadro de neumonía atípica conocido como fiebre Q. En algunos casos, la infección puede producir daños graves en el hígado o el corazón, llegando a provocar endocarditis y alteraciones en las válvulas cardiacas.“Ya sabíamos que estas bacterias tienen la capacidad de inhibir a los macrófagos que infectan. De ese modo, las células que fagocitan a las bacterias no logran activarse y no se concreta el comienzo de la respuesta inflamatoria. Nuestro objetivo consistía en descubrir los mecanismos moleculares mediante los cuales esto ocurre”, aclaró Zamboni.
Los macrófagos son normalmente las primeras células de defensa que entran en acción cuando un patógeno infecta al organismo (ver el vídeo al final de la noticia). Dentro de los macrófagos, un grupo de proteínas conocidas como caspasas forman un complejo denominado inflamasoma. A su vez, este complejo da inicio a un proceso inflamatorio fuera de las células al atraer a ese sitio a otras células de defensa, tales como los neutrófilos y otros fagocitos y células que serán importantes para inducir una respuesta inmunitaria protectora.
En el caso de bacterias gramnegativas como C. burnetii, la inflamación se desencadena cuando receptores celulares reconocen un componente de las bacterias denominado LPS (lipopolisacárido bacteriano). Esto provoca la activación de un tipo de inflamasoma mediado por la proteína caspasa-11, que fue el objeto del estudio coordinado por Zamboni.
Hasta ahora no se sabía si lo que ocurría era que el LPS de C. burnetti no desencadenaba respuesta inmunitaria o si la bacteria secretaba otra sustancia que inhibiese esa respuesta. Los experimentos llevados a cabo en este estudio han demostrado que cuando se produce una infección por C. burnetii se activa la inflamasona pero el patógeno produce una proteína denominada IcaA (inhibidor de la activación de la caspasa, inhibitor of caspase activation en inglés) codificada por el gen CBU1823, que se identificó en el estudio. Esta proteína bloquea el mecanismo de formación de la inflamasona mediado por la caspasa-11.
Los autores creen que los resultados de su estudio abren la posibilidad de utilizar moléculas con acción similar a la IcaA para inhibir la actividad de la caspasa-11 y, por consiguiente, combatir enfermedades inflamatorias en personas y animales.
*Larissa D. Cunha, Juliana M. Ribeiro, Talita D. Fernandes, Liliana M. Massis, Chen Ai Khoo, Jennifer H. Moffatt, Hayley J. Newton, Craig R. Roy & Dario S. Zamboni. Inhibition of inflammasome activation by Coxiella burnetii type IV secretion system effector IcaA. Nature Communications 6, Article number: 10205 doi:10.1038/ncomms10205
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