La enfermedad de la pechuga de madera se manifiesta exactamente como su propio nombre indica, hace que la pechuga de los pollos sea extremadamente dura y con apariencia de madera. La enfermedad también disminuir el contenido nutricional de la carne. La producción avícola ha experimentado una gran mejora en los últimos 50 años que ha conllevado un aumento del rendimiento del músculo y de la tasa de crecimiento de los pollos, por lo que sería interesante saber si estas ganancias de producción podrían conducir a un incremento en la tasa y desarrollo de nuevos desórdenes musculares.
Tal y como se publica en la página web de la Universidad de Delaware (Estados Unidos), u n equipo de investigadores de la Universidad de Delaware (Estados Unidos) analizaron el problema estudiando todos los genes expresados en el tejido de la pechuga del pollo para entender los mecanismos biológicos subyacentes que contribuyen a la enfermedad.
Mediante la obtención de información de ADN complementario de cinco muestras de pechuga afectadas y seis de pechugas no afectadas de una línea comercial de broilers, el equipo comparó su listado genético con los hallazgos histológicos publicados anteriormente sobre el trastorno.
A partir de más de 11.000 genes con una expresión detectable en el tejido, se encontró que alrededor de 1.500 genes eran significativamente diferentes entre los dos grupos, los sanos y los afectados. Una vez que obtuvieron la lista, realizaron un análisis funcional para averiguar dónde y cómo están localizados esos genes: si pertenecen a secuencias específicas o funciones celulares específicas.
Los científicos encontraron que puede haber hipoxia localizada (una menor concentración de oxígeno en los tejidos afectados). Además, los resultados mostraron estrés oxidativo y un aumento de calcio en las células tisulares.
Mediante el uso de tecnología avanzada, como la secuenciación del ARN, el equipo fue capaz de caracterizar el perfil general de esta enfermedad, que era el primer paso clave en la investigación.
A partir de los datos de expresión génica, los científicos comenzaron a identificar biomarcadores probablemente asociados con la incidencia de pechugas de madera y su gravedad. El uso de un subconjunto de los genes encontrados en el estudio previo, el equipo cuantificó los niveles de expresión de 204 genes en 96 broilers.
De una lista de los 30 genes más importantes para la separación de los pollos en sanos, afectados moderadamente y afectados gravemente, el equipo identificó seis genes que se incrementan en las aves afectadas de forma moderada a grave en comparación con las aves no afectadas. Estos biomarcadores se pueden utilizar para clasificar con precisión los pollos comerciales que presentan o no la enfermedad, así como para indicar potencialmente su gravedad.