El auge de los asuntos relacionados con el bienestar animal y la decisiva labor del colectivo veterinario en su implantación, desarrollo y defensa son algunas de las razones que motivaron la Conferencia Bienestar Animal y Veterinaria, que se celebró en Almagro los pasados 3 y 4 de noviembre. Organizada por el Consejo General de Colegios Veterinarios de España y el Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Ciudad Real, la conferencia acogió en el Palacio de los Condes de Valdeparaíso a cerca de 200 inscritos, entre veterinarios de animales de compañía y de producción, así como una amplia representación de colegios veterinarios de toda España.
Durante tres intensas jornadas entre el viernes y el sábado, diversos especialistas abordaron distintos aspectos relacionados con el bienestar animal, desde la misma definición de este concepto a las acciones concretas que la profesión veterinaria lleva a cabo para ponerlo en práctica, pasando por la relación entre bienestar, protección y maltrato, el bienestar en distintos contextos (agrícolas, cinegéticos, de compañía, de experimentación, en zoológicos y en espectáculos), los aspectos legales o la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y el Seprona para el cumplimiento de la normativa sobre bienestar animal. Igualmente, se presentaron experiencias de proyectos de comunicación sobre bienestar animal de los colegios veterinarios de Madrid, Cádiz, Barcelona y Zaragoza.
La conferencia se cerró con un balance positivo por parte de la organización, que se mostró muy satisfecha ante la buena respuesta de asistencia, entre la que hubo una apreciable presencia de jóvenes estudiantes de veterinaria. Entre las conclusiones a las que se llegó en la reunión destaca la afirmación de que el veterinario debe ser la principal figura de referencia en el bienestar animal, y que su principal misión en este aspecto es asegurar y promover la sanidad, la salud pública y el bienestar de los animales. En el caso concreto del maltrato animal, la peritación veterinaria es clave y, por ello, es necesario el desarrollo de protocolos científicos que objetivicen el dictamen.
También se subrayó la obligación del veterinario de estar informado de los conocimientos y herramientas de indicadores para evaluar el bienestar de los animales, así como del deber de informar con seriedad y rigor a la sociedad con todos los medios a su alcance. En este sentido, las universidades y los centros de investigación, además de proporcionar formación veterinaria de pregrado, deben favorecer la formación continuada de los profesionales.
Por último, la Organización Colegial Veterinaria española afirmó que debe liderar la formación de los veterinarios ejercientes y ser el referente ante la sociedad, y se abogó por a creación de una Comisión Nacional de Bienestar Animal.