Los investigadores de Topigs Norsvin han encontrado nuevos genes que influyen en la aparición del olor sexual. Los genes influyen en el nivel de escatol, una de las hormonas que causan el olor sexual. Se puede reducir aún más la incidencia si se seleccionan animales que no tienen estos genes. Los genes encontrados en la línea hembra Landrace solo influyen en la producción de escatol y no afectan a otros caracteres relacionados con el sexo. Esto hace que dichos genes sean particularmente adecuados para seleccionar contra el olor sexual. En los últimos años, Topigs Norsvin ha mejorado la tecnología para seleccionar y clasificar la genética con bajo olor sexual.