Tal y como publica The Poultry World en su página web, después del brote de influenza aviar altamente patógena (peste aviar) que golpeó a EE. UU. y a Canadá con resultados devastadores hace unos años, la administración pública decidió realizar una serie de mejoras en el sistema de vigilancia.
Para mejorar este sistema y agregar el monitoreo ambiental, el Ministerio de Agricultura de la Columbia Británica, la universidad y el Centre for Disease Control Public Health Laboratory iniciaron un nuevo proyecto conjunto para desarrollar otro enfoque epidemiológico: una prueba genómica que identifica y caracteriza los virus de influenza aviar (IA) en los sedimentos de los humedales.
Esta decisión se tomó en base a dos factores importantes:
Los investigadores detectaron la secuencia viral bioespecífica del genoma y usaron pequeños imanes para extraerla. A continuación, magnificaron las sondas y redujeron el número de posibles secuencias descartando muchos otros organismos presentes en el suelo.
El equipo de científicos utilizó bioherramientas para comparar las posibles secuencias detectadas en la muestra con los virus existentes.
El trabajo, parcialmente financiado por el Genome British Columbia (una organización de investigación sin ánimo de lucro), demostró que este nuevo enfoque funcionaba ya que se pudo detectar virus de IA en una proporción significativa de muestras de sedimentos.
Además, en los humedales de una de las zonas más afectadas por el brote también se encontró el virus; los científicos comentaron que información que se podría haber utilizado para intentar reducir las consecuencias del brote.
Esta confirmación condujo a los investigadores a llevar a cabo un nuevo proyecto para el análisis genómico de los sedimentos de los humedales como herramienta de vigilancia y prevención de la IA.
Una vez confirmado el éxito de la primera fase, los científicos se centran en analizar qué pasos son necesarios para trasladar, de fase de pruebas a implementación, la tecnología de esta iniciativa. Estos pasos incluyen la validación científica de la tecnología y su incorporación a los programas nacionales y provinciales de vigilancia de IA en aves acuáticas.
Se prevé que este enfoque innovador se adoptará a nivel nacional e internacional para la vigilancia de la IA y otras enfermedades relacionadas con la vida salvaje.
Catalina López-Correa, directora científica del Genome British Columbia, dijo que “la inversión permitió al equipo de investigación refinar y validar la vigilancia de la IA en los sedimentos con tecnología y metodología genómicas, y enfoque de campo”. Además, añadió que “lo más importante es que permite la identificación de la combinación óptima de las técnicas de vigilancia de IA para lograr la máxima eficiencia y eficacia".