Tal y como publica la Agencia Sinc, para llevar a cabo este estudio* los científicos recogieron muestras de 9.000 cerdos y pollos de una veintena de granjas de cada país participante –Bélgica, Bulgaria, Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia, Holanda y Polonia–.
Mediante secuenciación masiva, generaron más de 5.000 gigabases en secuencias de ADN. Se detectaron un total de 407 genes de resistencia a antibióticos, algunos presentes en todas las explotaciones estudiadas.
“Debido al tamaño del estudio, podemos considerar que los resultados obtenidos pueden representar el microbioma y resistoma en granjas de características similares en toda Europa”, destaca Bruno González Zorn, investigador de la Facultad de Veterinaria y del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) de la UCM y autor del estudio.
Una de las novedades de esta investigación es que se ha utilizado metagenómica para conocer no solo los genes de resistencia presentes en las bacterias que se pueden aislar, como se suele hacer, sino que se han detectado a partir de la secuenciación completa del ADN presente en el contenido intestinal.
Este hecho permite a los investigadores conocer los genes de resistencia a antibióticos que, potencialmente, podrían transmitirse, independientemente de la bacteria en la que se encuentren.
Otro resultado relevante es la asociación entre el uso de antibióticos y la prevalencia de genes de resistencia, observándose una relación directa: variaciones aproximadamente del 30 % en el uso de antibióticos reducen al 50 % la abundancia de genes de resistencia.
De los centenares de genes identificados, los científicos observaron cómo se distribuyen de manera diferente entre ambas especies. En total, 33 genes fueron detectados en todas las granjas de cerdos y 49 en todas las de pollos; además, de todos estos, 24 fueron comunes en ambos animales.
También es relevante la homogeneidad de los resultados obtenidos en las muestras de cerdos; en la mayoría de ellos se han encontrado genes de resistencia a tetraciclinas, macrólidos, betalactámicos y aminoglicósidos. Por el contrario, en las muestras de pollos los resultados obtenidos fueron muy heterogéneos encontrándose también genes de resistencia a los mismos antibióticos, pero en cantidades muy diferentes entre las muestras analizadas.
“Todo esto indica que el resistoma en porcino y en aves de carne es sustancialmente diferente. Es decir, el microbioma de los cerdos presenta una combinación de genes de resistencia diferente a la combinación presente en el de los pollos”, añade González Zorn.
El volumen de las granjas, países y muestras secuenciadas convierten este resultado en una herramienta para que la industria y los veterinarios optimicen y reduzcan el uso de los antibióticos en la lucha contra un problema que puede postularse en un futuro como la primera causa de muerte del mundo.
“En España ya hemos conseguido reducir un 82 % la utilización de colistina en ganadería, y estos resultados apuntan que vamos en el camino correcto. La clave está en basar las medidas para controlar la resistencia en evidencias científicas sólidas, controlar y atajar el problema de la resistencia a antibióticos desde la perspectiva de salud pública”, concluye González Zorn.
*Munk P., Knudsen B.E., Lukjacenko O., et al. Abundance and diversity of the faecal resistome in slaughter pigs and broilers in nine European countries. Nature Microbiology 2018. DOI: 10.1038/s41564-018-0192-9.