Delia Saleno, presidenta de Ceve, participó en el debate bilateral entre científicos y políticos “Retos sobre las enfermedades infecciosas” junto con tres expertos más del ámbito sanitario seleccionados por el Comité Científico de esta iniciativa y un grupo de diputados de diferentes partidos.
A finales del 2017 un conjunto de científicos comprometidos lanzó la iniciativa ciudadana independiente “Ciencia en el Parlamento” cuyo objetivo es que el conocimiento científico sea una de las fuentes de información en la formulación de las propuestas políticas.
En marzo de 2018 se realizó una convocatoria a nivel nacional a la que Ceve respondió entendiendo la necesidad de que la ciencia veterinaria puede y debe fundamentar las decisiones políticas sobre importantes asuntos del ámbito sanitario. Posteriormente se identificaron 12 temas de trabajo, tres de los cuales pertenecían a la categoría de Ciencias Biológicas y de la Salud: Envejecimiento y salud, Prevención activa del suicidio y Retos de las enfermedades infecciosas.
Es uno de los resultados del debate en torno a la utilización de vacunas para frenar las resistencias antibióticas, las enfermedades emergentes y la regulación de los ensayos clínicos para hacerlos más asequibles. Se consideró prioritaria la creación de equipos y centros multidisciplinares donde se pueda trabajar desde diferentes perspectivas. A este respecto y teniendo en cuenta el porcentaje del total que representan las enfermedades de origen animal, la perspectiva veterinaria adquiere un carácter protagonista.
Saleno puso encima de la mesa las especiales circunstancias de la profesión veterinaria, responsable de la sanidad de animales de compañía y de producción y de la seguridad alimentaria que, sin embargo, depende de diferentes administraciones y sigue sin tener la consideración de profesión sanitaria que le corresponde. Según Saleno, toda la mesa de debate expresó su acuerdo en que la veterinaria es una actividad que se enmarca dentro del ámbito sanitario y se debe trabajar para integrar las actividades veterinarias en el Sistema Nacional de Salud.
Fomentar el concepto “One Health” es fundamental, así como favorecer la colaboración entre la medicina humana y la veterinaria con canales eficientes de comunicación para la detección de las enfermedades infecciosas de origen animal, sobre todo las que tienen un potencial zoonótico.
El proyecto Ciencia en el Parlamento, cuyas jornadas está previsto que vuelvan a realizarse en 2019, va a ser el origen de la futura creación de una Oficina Técnica de Asesoramiento Científico cuya principal misión es el asesoramiento científico independiente a los grupos parlamentarios con el objetivo de que la evidencia científica sustente las decisiones políticas. Se trata de acercar la ciencia a la política, como ya ocurre en otros parlamentos europeos, y establecer un sistema de colaboración entre los científicos y los legisladores.
Ana Pastor, Presidenta del Congreso y, por su formación, muy cercana al ámbito científico, sobre todo sanitario, ha amadrinado la iniciativa Ciencia en el Parlamento desde su nacimiento y calificó las jornadas de un éxito expresando su apoyo a la creación de la Oficina Técnica de Asesoramiento Científico que quiere que sea una realidad antes del fin de esta legislatura.
En primer lugar, Ceve concluye que hay que estar orgullosos de que la veterinaria esté presente en esta iniciativa trascendental que trata de poner la ciencia al servicio de la política para mejorar la vida de las personas y de quienes conviven con ellas.
Jesús María Fernández, portavoz del PSOE no lo pudo expresar mejor: “La sanidad necesita ayuda: para hacer buenas políticas hay que mejorar la asesoría técnica”. Y esta asesoría debe ser independiente y basada en evidencias científicas. Es la única manera de que el contenido de las leyes esté realmente adaptado a las necesidades de estos tiempos en los que asistimos a una constante revolución tecnológica.
Ya se ha dado el primer paso con el que se ha constatado la necesidad de que la veterinaria debe ocupar el lugar que le corresponde en esta labor de asesoría a los políticos. Una legislación sanitaria que no tenga en cuenta los criterios técnicos puede tener consecuencias negativas para la salud de animales y personas, para la seguridad alimentaria y, como consecuencia, para la economía.