La incidencia de enfermedades caninas transmitidas por vectores va en aumento
Los principales expertos en medicina humana y veterinaria, parasitología y meteorología, reunidos en el 4º Simposio del CVBD World Forum (siglas en inglés de Canine Vector-Borne Diseases, enfermedades caninas de transmisión vectorial), hicieron el 31 de marzo un llamamiento a los veterinarios y a los dueños de mascotas para que estén más vigilantes a la hora de proteger a sus animales de las enfermedades causadas por ectoparásitos, o vectores, que se están expandiendo a regiones no endémicas como consecuencia del calentamiento global y el aumento de las temperaturas. El Simposio se ha celebrado del 26 al 28 de marzo en Sevilla con el apoyo de Bayer Animal Health.
Los perros son especialmente vulnerables al ataque de distintos tipos de ectoparásitos, como las pulgas, garrapatas y flebotomos, ya que todos estos vectores transmiten determinados patógenos que pueden causar graves enfermedades a los perros y, si no se diagnostican a tiempo y no se tratan de forma adecuada, pueden provocar la muerte al animal.
“El cambio climático, así como el aumento del número de perros que viajan en vacaciones o son importados a otros países, han permitido que los parásitos y vectores se expandan a regiones donde antes eran insólitos. Por ejemplo, la garrapata Rhipicephalus sanguineus, que trasmite el patógeno Babesia vogeli, puede causar babesiosis canina, hasta ahora una enfermedad endémica en regiones de clima tropical y subtropical, y que está apareciendo en zonas de clima más frío”, afirmó el Profesor Meter Irwin, de la Escuela de Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Murdoch (Australia).
Se estima que la temperatura media global se elevará entre 1 ºC y 3,5 ºC hasta 2100 [1], con lo que aumentarán las posibilidades de expansión de las CVBD a nuevas áreas y se ampliará el periodo en el que estos parásitos están activos durante el año. El mayor efecto del cambio climático en la transmisión de enfermedades se observa en los extremos de la escala de temperatura en la que se produce dicha transmisión. Para muchas patologías oscila entre los 14-18 ºC en el extremo inferior, y los 35-40 ºC en el extremo superior [2].
En España, según Tomás Molina, jefe de los Servicios de Meteorología de TV3 y presidente de la Asociación Internacional de Profesionales de la Meteorología en Medios de Comunicación, “la temperatura ha subido 1 ºC de media en los últimos 30 años; esto significa que en general estamos muy por encima de esa subida media, de 1 ºC, pero también se han dado periodos cortos en los que la temperatura ha descendido por debajo de 2 ºC. A pesar de que el cambio no parezca muy importante, las consecuencias sí pueden notarse en la naturaleza: estamos viendo una mayor incidencia de enfermedades relacionadas con insectos (como la leishmaniosis o la lengua azul) no sólo en nuestro país y la zona mediterránea, sino también en Centroeuropa”. Según Molina, “la tendencia al cambio climático va a continuar, y especialmente el clima de España y del sur de Europa se van a parecer cada vez más al clima del norte de África”.
Guadalupe Miró (Foto: Bayer Animal Health)
La incidencia creciente de LeishmaniaEn el mismo sentido que Molina se pronunció Guadalupe Miró, profesora titular de Parasitología y Enfermedades Parasitarias del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid: “En los últimos diez años, en la Comunidad de Madrid la prevalencia de la leishmaniosis ha subido dos puntos; hemos pasado de un 6,5% de perros infectados a casi un 9%. Además, hemos encontrado flebotomos infectados en Madrid en zonas de altitud elevada, a más de 1.400 metros, cuando normalmente se encuentran hasta 1.200 metros. Es evidente que en cualquier zona endémica los casos están aumentando y en las zonas cálidas, el periodo de actividad aumenta”.
Y explicó: “El flebotomo necesita unos 18 ºC para desarrollar su actividad. Si la temperatura es menor, hiberna y termina su actividad; pero en zonas con temperaturas sostenidas, el ciclo del flebotomo durará todo el año. Por ello, es necesario utilizar las medidas preventivas con las que contamos, como el uso de repelentes eficaces como las pipetas en toda la población de riesgo: perros negativos (no están infectados), perros clínicamente sanos (están infectados pero no tienen síntomas) y perros enfermos (los que están infectados y desarrollan la enfermedad)”.
También en garrapatasNo sólo los flebotomos están aumentando su periodo de actividad, sino también otros vectores como las garrapatas. Este parásito puede vivir durante más de tres años, dependiendo de las condiciones climáticas [3], y su supervivencia, la tasa de reproducción y su actividad están directamente afectadas por los cambios climáticos estacionales.
Indirectamente, el clima también influye en el riesgo de enfermedad por cambios en las zonas de vegetación, provocados por un cambio del hábitat natural de la garrapata. Los inviernos más templados reducirán la mortalidad del parásito y del hospedador y, por lo tanto, el tiempo en el que las garrapatas están activas aumentará, a la vez que los veranos más secos provocarán un incremento del índice de mortalidad de estos vectores.
Además, el movimiento de perros portadores de
Babesia a regiones que no eran endémicas puede conllevar al establecimiento de babesiosis en lugares donde no era habitual esta enfermedad; ahora hay una serie de informes de babesiosis canina en el norte de Europa, donde esta enfermedad era considerada inusual o exótica [4]. Es posible que la propagación y el establecimiento de esta infección se hayan sustentado en un clima más cálido en regiones tradicionalmente más frías. Por ello, los miembros del CVBD World Forum hicieron hincapié en la importancia de poner
Xavier Roura (Foto: Bayer Animal Health)
en marcha medidas para proteger la salud de los perros así como controlar e informar de los nuevos casos de CVBD en zonas más alejadas como un paso importante para mantener la salud de los animales.
En este sentido, Xavier Roura, veterinario del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona, indicó que “es importante que los veterinarios ayuden a los propietarios de perros a comprender totalmente las implicaciones del cambio climático y el incremento de la movilidad de las mascotas, así como también la importancia de proteger a su animal de infecciones parasitarias en algunas regiones que ahora representan un riesgo para su salud durante todo el año”.
Por este motivo, señaló que una de las acciones que llevará a cabo el CVBD World Forum será “utilizar las conclusiones de nuestras investigaciones para crear mapas regionales de incidencia de las CVBD para que los veterinarios tengan una mejor visibilidad de las amenazas de enfermedades en cada región, y sean capaces de utilizarlo para recomendar a los dueños de animales medidas de prevención más eficaces. Los propietarios de perros deben ser conscientes de la gravedad de patologías como leishmaniosis, babesiosis, ehrlichiosis, hepatozoonosis y la enfermedad de Lyme, y haber sido aconsejados sobre qué hacer para tratarlas y prevenirlas. La puesta en marcha de soluciones rutinarias preventivas que no sólo matan, sino que también repelen los parásitos representan la opción más eficaz para reducir el riesgo de transmisión de las CVBD y ayudar a proteger la salud del perro y de su dueño”.
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