La semana pasada la Food and Drugs Administration de los Estados Unidos (FDA), aprobó un nuevo medicamento llamado ATryn. El mismo fue creado por la compañía GTC Biotherapeutics y está hecho con leche de cabras científicamente modificadas.
La FDA ha autorizado la nueva terapia de origen animal ya que las personas que sufren riesgo de trombos suelen recibir tratamientos con anticoagulantes, como la heparina. Sin embargo, estos tratamientos deben ser concluidos durante una operación o un parto ya que el paciente corre riesgos de hemorragias.
Se utilizan cabras alteradas genéticamente ya que éstas producen una mayor cantidad que la normal de antitrombina, una proteína que inutiliza varias enzimas de la coagulación. La carencia de esta proteína deriva en una patología genética muy rara en acontecer (1 de cada 5.000 personas). Esta enfermedad se manifiesta al aparecer coágulos sanguíneos en diversas partes del cuerpo que luego migran al cerebro o a los pulmones, pudiendo causar la muerte.
Esta aprobación le abre las puertas a una nueva era en el desarrollo de fármacos a partir de animales vivos genéticamente modificados. También podría incrementar la probabilidad de nuevos remedios para la gran variedad de patologías existentes, tales como la hemofilia.
No es la primera vez que se emplean organismos vivos en la elaboración de remedios (la insulina empezó a fabricarse con la 'colaboración' de porcinos y bovinos), pero sí se trata de los primeros ejemplares científicamente modificados para servir como 'productores' de una proteína humana. En la actualidad, existen múltiples medicamentos (como el antiartrítico Enbrel o el antitumoral Avastin) elaborados a partir de células ováricas de ratones alterados genéticamente que luego maduran y se multiplican en el laboratorio.