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El hallazgo fue de la epidemióloga la Dra. Margaret Slater de la Sociedad Americana de Prevención de Crueldad en Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés) que analizó los datos de convocatorias públicas gestionadas por ASPCA acerca de los productos controladores de pulgas y garrapatas. ASPCA recibe más de 150.000 casos de envenenamiento al año por la participación de medicamentos, insecticidas, plantas y alimentos.
Los datos se identificaron en dos conclusiones principales:
Primero cuando los gatos fueron tratados inapropiadamente (no siguiendo las instrucciones de la etiqueta), son significativamente más propensos a experimentar reacciones graves: el 18% no hay enfermedad solo una llamada a la ASPCA, el 17% tiene una enfermedad leve, un 45% tiene una enfermedad moderada, el 19% tiene una enfermedad grave y el 2% murieron.
Cuando los perros y gatos fueron tratados correctamente (siguiendo las instrucciones de la etiqueta), el riesgo de las reacciones adversas graves fue significativamente menor: el 7% no hay enfermedad solo una llamada a la ASPCA, el 69% tiene una enfermedad leve, el 22% tiene una enfermedad moderada, el 2% una enfermedad grave y el 0,1% muere.
"Lo más importante a tener en cuenta, a pesar de las reacciones adversas que puedan ocurrir con todos los productos contra las pulgas y garrapatas, la mayoría de los efectos son relativamente leves e incluyen irritación de la piel y molestias en el estómago", dice el Dr. Steven Hansen, veterinario y toxicólogo senior vicepresidente de los Servicios de Sanidad Animal de ASPCA.
Agregó que "los propietarios de mascotas no deben suspender el uso de los productos según las instrucciones de la etiqueta del producto cuando se enfrenta a una plaga de pulgas".