El médico veterinario James A. Flandes, del Departamento de Ciencias Clínicas de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, junto a sus colaboradores, analizaron dos perros braquicéfalos que sufrían de disnea. Uno de los perros era un Boxer macho castrado de ocho años de edad, mientras que el otro can era una hembra esterilizada de la raza Yorkshire Terrier de diez años de edad.
Sin embargo, incluso después de la resección del alargado paladar blando, la disnea persistía.
Durante la evaluación laringoscópica de estos dos perros, Flandes y su equipo encontraron que la epiglotis fue desplazada caudalmente en la hendidura glótica. Se dieron cuenta de que la epiglotis es excesivamente móvil durante la respiración y que se obstruye episódicamente la rima glotis cuando se realiza un examen fluoroscópico.
Mediante la resección de una banda de la mucosa oral en la base de la epiglotis y el cierre del defecto de la mucosa con suturas, los expertos pudieron fijar la epiglotis en un plano horizontal. Según los autores de la investigación, este procedimiento resolvió la disnea en los perros.
Por lo tanto, la movilidad excesiva de la epiglotis puede predisponerse a la obstrucción de la glotis y ser la causa de la disnea en canes. A través de la fijación de la epiglotis en un plano horizontal, la disnea causada por la retroversión epiglótica puede ser resuelta.