Los investigadores realizaron un estudio retrospectivo con un total de 42 perros que padecían el síndrome de la vena cava del parásito del corazón. La Dra. Sonya G. Gordon junto a sus colegas de la Texas A & M University en College Station, tomó los registros médicos de estos perros para obtener más información sobre la historia, los hallazgos clínicos de laboratorio, los diagnósticos por imagen, y los procedimientos realizados del tratamiento. Además, siempre que les fue posible, el equipo trató de reunir más información sobre el seguimiento y la evolución de los animales, a través de entrevistas telefónicas con los veterinarios y los propietarios de los perros.
De los 42 perros con el síndrome de la vena cava, la mitad fue sujeta a un tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo que consiste en la extracción del parásito del corazón intravenosamente. Dos perros habían muerto durante el procedimiento, otros cuatro murieron después de la cirugía. En otro perro, los parásitos migraron dentro de la porción distal de la arteria pulmonar luego de haber sido anestesiado, por lo tanto no se puedo realizar la extracción. En un total de 14 perros la extracción del parásito del corazón transvenoso se pudo completar con éxito y pudieron ser dados de alta del hospital.
La media de seguimiento de estos perros fue de 24,4 ± 17,7 meses con un rango de 2 a 56 meses, según los autores. En el momento del control final de seguimiento, diez de estos catorce perros habían sobrevivido al menos 18 meses y 7 habían sobrevivido más de 24 meses. De un perro se perdió el seguimiento y en otros tres fue necesario practicar la eutanasia, pero por razones no relacionadas con el síndrome de la vena cava del parásito del corazón.
Por ello, los autores concluyen que los perros con el síndrome de la vena cava que son sometidos a una extracción del parásito del corazón transvenoso con éxito y sobreviven a la gestión, poseen un buen pronóstico a largo plazo.