El sentido del gusto indiscriminado que tienen los perros no siempre es un rasgo positivo. De hecho, a menudo les lleva a padecer infecciones gastrointestinales y, como consecuencia, diarrea y vómitos, a causa de la ingestión de alimentos en mal estado. Otros desarrollan patologías gastrointestinales como enfermedades inflamatorias del intestino que si bien no se pueden atribuir directamente a la dieta, se encuentran influidas por las bacterias intestinales.
Según una información aparecida en ScienceDaily un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois (UI) están haciendo progresos en el diseño de dietas para combatir estas infecciones mediante una avanzada técnica denominada pirosecuencia.
Esta novedosa técnica de secuenciación de ADN ha ayudado a los investigadores a descubrir la filogenia de los microorganismos presentes en el intestino de un perro sano. Su objetivo es el de obtener una lista estándar que se pudiera usar para comparar con los microorganismos presentes en perros enfermos.
"Es un primer paso en nuestro entendimiento de cómo la dieta afecta a las infecciones gastrointestinales" afirma Kelly Swanson profesor asociado de ciencia animal. "Los perros no se basan principalmente en la fermentación microbiana para satisfacer sus necesidades energéticas, pero una microbiota equilibrada y estable es crítica para mantener su salud gastrointestinal".
Hasta ahora los científicos sólo podían hacer un cultivo de un pequeño porcentaje de las bacterias del intestino del perro y, debido a limitaciones tecnológicas, no podían determinar la filogenia completa.
En un primer estudio* se analizaron más de 80.000 secuencias de ADN que pusieron de manifiesto que el mayor número de bacterias presentes en el intestino eran Firmicutes y Bacteriodetes. Fusobacteria, si bien no era tan común, era de las que aparecía en mayor cantidad.
"A menudo no sabemos si una comunidad bacteriana alterada es la causa o el efecto de una enfermedad", dice Swanson. "Tampoco sabemos si es una especie o varias las que trabajan juntas para crearle problemas a la salud intestinal del perro".
En un estudio posterior, en el que se utilizó aproximadamente un millon de secuencias de ADN, su equipo identificó las vías metabólicas que existen en las bacterias intestinales de los animales sanos incluyendo metabolismo de nutrientes, virulencia y respuesta de estrés, dice Swanson. También compararon la filogenia del intestino del perro con la de los seres humanos, ratas y pollos para determinar similitudes y diferencias entre especies.
Swanson y su equipo siguen interesados en aprender cómo la intervención dietética, fármacos y edad afectan a las poblaciones microbianas. Además, actualmente la gran mayoría de las mascotas en los países desarrollados son tratadas como parte de la familia y además de vivir en el interior de la casa, comen, duermen y juegan con sus propietarios. Esta proximidad tiene importancia por lo que respecta a las enfermedades zoonóticas y al vínculo directo entre enfermedades humanas y caninas.
*"Phylogenetic characterization of fecal microbial communities of dogs fed diets with or without supplemental dietary fiber using 454 pyrosequencing" fue publicado en PLoS ONE y "Phylogenetic and gene-centric metagenomics of the canine intestinal microbiome reveals similarities with humans and mice", en The ISME Journal: Multidisciplinary Journal of Microbial Ecology.