Se han publicado recientemente dos estudios* en el American Journal of Reproduction Inmunology que revisan la situación actual de las investigaciones para conseguir vacunas contraceptivas en perros y gatos. Esta sería la solución a un problema que afecta a todas las áreas habitadas de la Tierra, en mayor o menor medida: las poblaciones callejeras de perros y gatos.
Estas poblaciones son fuentes de transmisión de enfermedades para otros animales domésticos y las personas. Además, la existencia de perros y gatos callejeros es un problema de bienestar animal muy importante.
Para controlar estas poblaciones, se recurre al sacrificio masivo de animales, enfermos o sanos, lo cual no es éticamente aceptable. Otra opción es la esterilización de todos los perros y gatos sin dueño, pero esto plantea un gran problema logístico, ya que el número de animales es muy elevado, hay que capturarlos primero y, sobre todo, ¿quién se hace cargo del coste de las intervenciones? Si se consiguiese desarrollar una vacuna fácil de administrar que permitiese controlar este tipo de poblaciones impidiendo su reproducción, estaríamos ante la solución ideal.
Las características ideales de una vacuna contraceptiva para gatos callejeros deberían incluir un gran margen de seguridad tanto para los animales como para el medio ambiente, un sistema de administración rápido y sencillo, y un periodo de efectividad prolongado con una sola administración tanto en machos como en hembras, así como que inhibiese las hormonas sexuales.
En gatos, se han identificado dos tipos de antígenos que podrían llegar a constituir la base de un producto vacunal: las proteínas de la zona pelúcida y la hormona GnRH. Las primeras ya se utilizan en biológicos para especies salvajes, pero los gatos parecen no responder muy bien en las pruebas realizadas. Sin embargo, la inmunización contra la GnRH sí que ofrece un largo periodo de esterilidad tras una sola administración tanto en machos como en hembras. Esta hormona resulta un antígeno ideal para controlar la actividad reproductiva en ambos sexos, ya que regula la hipófisis y las hormonas sexuales. Así, si se anula la actividad de la GnRH, no hay comportamiento sexual.
En los perros se ha avanzado más en las investigaciones referentes a las proteínas de la zona pelúcida como antígenos. En perras y hembras de otras especies de mamíferos se ha probado la eficacia de una vacuna basada en proteínas de zona pelúcida de origen porcino, que inhibe la fertilidad debido a una disfunción ovárica. Otro producto experimental elaborado a partir de glicoproteína 3 de la zona pelúcida de ovocitos caninos combinada con toxoides de la difteria o del téntanos también ha mostrado su eficacia.
Actualmente hay varios equipos de investigación trabajando para mejorar las vacunas experimentales para inhibir la reproducción en perros. La utilización de una vacuna de ADN es la estrategia que primero se ha puesto en marcha para conseguir un producto más eficaz, así como nuevos inyectables en los que el antígeno va incluido en partículas similares a virus o en microesferas.
*Levy JK. Contraceptive Vaccines for the Humane Control of Community Cat Populations. Am J Reprod Immunol. 2011 Apr 19. doi: 10.1111/j.1600-0897.2011.01005.x.
Gupta SK, Srinivasan VA, Suman P, Rajan S, Nagendrakumar SB, Gupta N, Shrestha A, Joshi P, Panda AK. Contraceptive Vaccines Based on the Zona Pellucida Glycoproteins for Dogs and Other Wildlife Population Management. Am J Reprod Immunol. 2011 Apr 19. doi: 10.1111/j.1600-0897.2011.01004.x.