Desde que se declaró la epidemia de encefalomielitis equina por EHV-1 a mediados de mayo, tras la aparición de varios animales enfermos que habían estado en un festival en Utah, se han visto afectados varios estados de los Estados Unidos y Canadá. Como no han aparecido nuevos casos desde el 16 de junio, el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA) ha dado por finalizado el brote y ha emitido con fecha 23 de junio su último informe sobre el mismo.
Al final, han sido 13 caballos muertos en territorio estadounidense, con un total de 53 casos de infección por EHV-1 de los que 33 han sufrido la encefalomielitis. Podría haber sido mucho peor, ya que se vieron expuestos al virus un total de 242 establos, con un total de más de 2.000 caballos alojados en ellos, pero la rápida reacción de los servicios veterinarios oficiales, los veterinarios privados y los propietarios de los animales han evitado que muchos más caballos se vieran afectados.