Quizá la enseñanza más importante que ha expuesto Daniel Herrera en su ponencia de hoy, se puede aplicar a cualquier aspecto de nuestra vida: “Hay que pensar. Si uno no piensa se convierte en un individuo rutinario que repite las cosas sin saber por qué”. En el ámbito veterinario la frase hace referencia a las úlceras corneales y a su tratamiento. En una ponencia muy amena y participativa Herrera ha señalado que no todas las úlceras son iguales, no evolucionan de la misma forma ni deben ser tratadas con los mismos tratamientos. Por lo tanto hay que observar atentamente la úlcera en busca de una serie de elementos para decidir qué hay que hacer. Éstos son: profundidad, colagenolisis y reacción vascular.
¿Qué tiempo tengo para resolver esta lesión?
Herrera ha indicado que existen úlceras que exigen una rápida actuación mientras que en otras se puede esperar más tiempo a ver cómo evolucionan antes de tomar una decisión. Un factor importante es la presencia de colagenasas que hacen que el borde de la úlcera tenga un aspecto gelatinoso. Estas enzimas explican la profundidad de la úlcera: a más colagenolisis, mayor profundidad de la úlcera.
Otro elemento importante es la vascularización. La córnea en condiciones normales es avasculada y necesita neovascularizarse para su curación. Esto permite saber los días que lleva de evolución la úlcera: el proceso de angiogénesis requiere por lo menos unos 5 días hasta que los primeros vasos aparecen en la córnea. A partir de ahí cada vaso crece aproximadamente 1 mm por día. Esta vascularización ha de llegar a la herida para poder curarla, lo que da un margen más de tiempo.
En este punto es donde Herrera ha indicado que hay que pensar y no actuar de forma rutinaria. Es decir, que habrá que evaluar todos estos factores antes de optar por un tratamiento que no siempre ha de ser quirúrgico.
Tratamiento quirúrgico de la lesión
Actualmente existen varias posibilidades de tratamiento quirúrgico. La tarsorrafía es uno de ellos. Herrera ha indicado que lo importante de esta técnica es cómo se pasan los puntos y que al final no deja de ser un elemento de protección que no ayuda a la corrección de la úlcera. El ponente también ha mencionado el recubrimiento del tercer párpado aunque ha indicado que no es muy partidario de esta técnica; prefiere el recubrimiento conjuntival ya que, en este caso, se consigue vascularización, es decir, el aporte de sustancias necesarias para la curación. Este hecho es importante puesto que cuanto más rápido se bascularías la córnea más rápidamente se producirá la curación.
Herrera ha desglosado a continuación las dos clases principales de recubrimiento conjuntival que se pueden realizar y ha ilustrado cada ejemplo con vídeos y esquemas muy clarificadores. El recubrimiento de 360º es, según él, es una excelente técnica, fácil de realizar y que da buenos resultados en urgencias. El recubrimiento pedunculado es una técnica de microcirugía menos accesible a los veterinarios.
La transposición corneoconjuntival consiste en transponer córnea y conjuntiva y su objetivo es mantener la transparencia central.
Por último, ha citado el uso de membranas biológicas, como pericardio, peritoneo, etc. De todas ellas la que él utiliza es la cápsula renal porque le da muy buenos resultados.
Para finalizar, además de recordar que es importante tener alguna afición que te permita descargar las tensiones del trabajo, ha vuelto a insistir en que pensar no es difícil y que hay que evaluar los tres pilares necesarios en la toma de decisiones: profundidad, colagenolisis y reacción vesicular.