La placentitis, una infección fúngica o bacteriana de la placenta, a menudo no da señales hasta que la condición está tan avanzada que la yegua sufre un parto prematuro y pare un potro muerto o extremadamente enfermo y débil. Un estudio realizado en Australia reveló que en una reciente temporada de cría del pura sangre, más de 1.700 potros se perdieron debido a la placentitis, haciendo de este un problema significativo.
Una noticia aparecida en www.equinews.com señala que un grupo de investigadores analizaron el tratamiento, los hallazgos ecográficos, la edad de la yegua, el historial de cría, la actividad fetal, el estado de la placenta y la condición de los potros recién nacidos de 159 yeguas que tuvieron partos prematuros en el tercer trimestre de la gestación. La gravedad de la infección y el tratamiento después del diagnóstico se consideraron más importantes en la condición de un potrillo al nacer y su supervivencia final. Las yeguas que presentaron descarga vaginal por lo general tenían peores resultados.
El tratamiento con el antibiótico sulfonamida potenciada llevó a un resultado más positivo. En este estudio, los factores que no tenían que ver con el resultado incluyeron la edad de la yegua, el número de gestaciones previas, la presencia de la lactancia prematura y la elección de tratamiento con AINE o altrenogest.
La recomendación de los investigadores fue que los veterinarios deberían utilizar la ecografía transrectal y transabdominal para evaluar a las yeguas que muestran signos de parto prematuro. El uso de más de un escáner proporciona una mejor oportunidad para evaluar la separación de la placenta cerca del polo de cuello uterino, la frecuencia cardiaca fetal, y el pliegue de la placenta en el cuerno del útero en la gestación.