Se examinó* prospectivamente la incidencia de signos clínicos y clínico-patológicos asociados con la progresión de la infección en 329 perros jóvenes sin contacto previo con el parásito expuestos a la transmisión de Leishmania infantum y examinados de forma periódica durante 22 meses (M). Los perros eran parte de las investigaciones de vacunas de Leishmania realizadas en condiciones naturales.
Los grupos vacunados fueron integrados en la evaluación cuando la vacuna fue no-protectora y la aparición y la progresión de los signos no difirió estadísticamente de los controles en cada momento, de lo contrario sólo se incluyeron los grupos de control. 115 beagles fueron parte de tres estudios (A, B y C) realizados en el mismo lugar; 214 perros que tenían dueño (29 razas, 2,3% beagles) fueron incluidos en un estudio (D) realizado en 45 lugares endémicos de Italia. En el mes 22 la prevalencia de cualquier etapa de infección por Leishmania clasificada como subpatente, activa asintomática, o sintomática era de 59,8% en los estudios de A-C y de 29,2% en el estudio D. A pesar de las diferentes razas y de la incidencia de la infección, la proporción relativa de infecciones activas y la progresión y el tipo de signos clínicos y clinicopatológica fueron similares en ambos grupos de estudio. Todas las infecciones asintomáticas activas registradas progresaron invariablemente hasta dar lugar a la enfermedad en toda regla, lo que produjo 56 perros enfermos en el M22. En estos perros, el engrosamiento de los nódulos linfáticos y la pérdida de peso –registrados en el mes 12– fueron los signos más comunes. Los signos cutáneos se observaron tarde (M18) y con menor frecuencia. Los signos oculares aparecieron incluso más tarde, y se registraron de forma esporádica en el M22. La mayoría de las alteraciones clínico-patológicas se hicieron evidentes desde el M12, a pesar de que algunos casos de trombocitopenia o anemia no regenerativa leve ya se observaron en M6. Las inversiones albúmina/globulina se registraron a partir de M12 y el incremento urea/creatinina apareció en su mayoría desde M18.
En conjunto, estos resultados indican que cualquier perro joven infectado de forma natural por L. infantum presenta un patrón común de la progresión de los signos durante dos años después de la infección, lo que proporciona pistas para los aspectos médicos y epidemiológicos aplicados.
*Foglia Manzillo V, Di Muccio T, Cappiello S, Scalone A, Paparcone R, Fiorentino E, Gizzarelli M, Gramiccia M, Gradoni L, Oliva G. Prospective Study on the Incidence and Progression of Clinical Signs in Naïve Dogs Naturally Infected by Leishmania infantum. PLoS Negl Trop Dis. 2013 May 9;7(5):e2225.