El 22 de mayo nos desayunábamos con una sorprendente noticia para todos los que somos veterinarios en España: nuestra profesión era la que menos paro registraba en este país en 2012. A pesar de las espeluznantes tasas de paro que sufre la población española, a pesar de la opinión general de los graduados en Veterinaria de que “la cosa está muy mal”, resulta que los datos dicen totalmente lo contrario: el 90,24% de los que terminaron Veterinaria están trabajando.
Esta cifra la aporta la Encuesta de Población Activa (EPA), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) español (lee aquí el informe completo). Todavía es más favorable el resultado de la encuesta para las graduadas frente a sus compañeros varones, ya que las primeras alcanzan unas tasas de ocupación del 92,78% mientras que ellos se quedan en el 87,18%. Los más de 42.000 veterinarios y veterinarias que dice la EPA que hay en España están ligeramente por encima de los formados en informática, con un 90,78% de tasa de empleo, y de los que han recibido formación en protección del medio ambiente, que ocupan un meritorio tercer lugar en la clasificación con el 87,86% de empleabilidad. Como dato adicional, la cuarta profesión con menos paro según la EPA es periodismo, lo cual no deja de ser curioso tras varios años de duro castigo en cuanto a aumento de paro entre los profesionales de la información.
Si hablamos sólo de formación superior, tras el grado de Veterinaria están Matemáticas y estadística, con un 75,25% de graduados trabajando, y Derecho, con el 73,76%.
Pero aunque los interesados no están muy de acuerdo con todo esto (sólo hay que ver los comentarios cuando se publica una noticia de este tipo en cualquier foro, como el perfil de Argos en Facebook), los datos son obstinados: una noticia en Portal Veterinaria Argos el pasado febrero, titulada El sector veterinario español creó empleo en 2012 y que originó cierta polémica en redes sociales, ya adelantaba la buena marcha de la profesión veterinaria en España, también según datos de la EPA.
Pero… no es oro todo lo que reluce
Sin embargo, tras estos espectaculares datos en los que parece que Veterinaria es el país de Jauja, hay bastante letra pequeña…
Según datos que aporta el Colegio Oficial de Veterinario de Madrid (ver noticia completa), aunque se acepte el dato de que más de nueve de cada 10 graduados en Veterinaria están trabajando hay que señalar que un tercio están “en una situación de precariedad laboral, sobre todo en el ámbito de la clínica de animales de compañía, trabajando en jornadas muy amplias, que muchas veces incluyen guardias, percibiendo salarios muy por debajo de lo que debería corresponder a un licenciado superior con una formación especializada”.
Esta afirmación del Colegio madrileño se confirma con datos de un estudio llevado a cabo en clínicas veterinarias de Barcelona y alrededores y cuyos principales resultados se pueden encontrar en el artículo Convenio colectivo para clínicas veterinarias, de la sección de Gestión y marketing de PV Argos: “Alrededor de un 60% de los trabajadores veterinarios hacen guardias que no figuran en el contrato de trabajo en un 80% de los casos aproximadamente. Cerca del 50% de estas guardias son presenciales y se observan muchas fórmulas diferentes de retribuir el trabajo en horario de guardia. Todo ello pone de manifiesto la falta de regulación de esta especificidad del sector y el riesgo a que se expone, tanto el trabajador como el empresario, al ejercer fuera de contrato. Las jornadas de guardia, al no constar en ninguna parte, pueden no cumplir los descansos obligatorios, la duración de las jornadas, ni la retribución establecida por nocturnidad y/o festividad”. Otro demoledor dato sobre la precariedad de los clínicos es que “los sueldos a tiempo completo se sitúan alrededor de 1.000-1.300 €, mientras que los sueldos a tiempo parcial se sitúan alrededor de 600-800 €”. Efectivamente, remuneraciones muy escasas para un graduado universitario…
Por otra parte, está la cuestión de que la EPA no dice en qué están trabajando los graduados en Veterinaria. La experiencia demuestra que muchos no lo hacen en campos para los cuales se prepararon en la Facultad. Por ejemplo, es bien sabida la gran cantidad de visitadores médicos que son veterinarios y podríamos decir que todos conocemos a algún compañero de promoción que ha acabado ocupado en labores que, aunque le llenan profesionalmente, están bastante alejadas de aquellas en las que pensaba trabajar toda su vida… como escribir reportajes para Portal Veterinaria, sin ir más lejos.