El rector de la Universidad de Zaragoza, Manuel López, anunciaba el jueves 19 de septiembre que daba por suspendida la celebración del acto solemne de apertura del curso académico universitario 2013-2014. El acto iba a tener lugar en la sede universitaria zaragozana del Edificio Paraninfo el lunes 23 de septiembre y estaba previsto que asistiesen al mismo el Príncipe de Asturias y el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.
López explicaba su decisión en una rueda de prensa ese mismo jueves. El rector aducía que tenía la certeza de que la presencia del ministro Wert iba a ser el detonante de protestas que alterarían el desarrollo normal del acto y que podían llegar a desencadenar incidentes de gravedad. El principio de prudencia aconsejaba suspender el acto para evitar males mayores.
Tras este anuncio, era inevitable que se desatase un auténtico vendaval de declaraciones cruzadas y dura polémica. Por una parte, los colectivos de alumnos y profesores han tildado la suspensión de “exagerada”, tal y como recoge una noticia publicada en El Periódico de Aragón el viernes 20 de septiembre. Algunos colectivos, que iban a organizar las protestas, han calificado la suspensión como “una victoria”. Los medios de comunicación generalistas se han hecho eco también de las declaraciones de la consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, que ha lamentado la suspensión y ha declarado que es necesaria “una educación en valores que sepa marcar con claridad cuáles son los límites entre la protesta y lo que es un boicot a los actos institucionales”.
Por su parte, el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, ha declarado que no había recibido ninguna notificación previa por parte del rector pidiéndole medios de seguridad para evitar los posibles incidentes (sólo el rector puede autorizar la entrada a la policía en dependencias universitarias en España).
El diario El Mundo, en su edición del viernes 20 de septiembre, aventura la posibilidad de que la suspensión haya sido un acto de rebeldía del propio rector, que está en contra de la política de recortes, aunque parece que según la misma fuente personas cercanas a López han negado esa posibilidad. El mismo periódico explica que varios colectivos de profesores y estudiantes tenían previsto interrumpir la sesión solemne y leer un comunicado vestidos con las camisetas de la marea verde y que la Junta de Personal de Administración y Servicios había convocado una concentración. Por su parte, el Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA) había colgado en su blog (clic aquí) un cartel en el que aparecían Felipe de Borbón y José Ignacio Wert y unas tijeras les recortaban la cabeza, acompañando un post que terminaba con la frase: “El 23 de septiembre se van a enterar”. Los ánimos estaban muy caldeados.
Para intentar zanjar la polémica, la Universidad de Zaragoza ha emitido un comunicado (clic aquí para leerlo completo) en el que se afirma: “La decisión ha sido adoptada desde la más estricta lealtad institucional con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y con la Jefatura del Estado, con los que ha trabajado en todo momento en los aspectos de organización y seguridad del acto. La información sobre las alteraciones que se podían producir en la Sala Paraninfo era conocida por el Ministerio, al que se le comunicaron con detalle las circunstancias. Con él se mantuvo un dialogo fluido y con su asentimiento se decidió la suspensión del acto, puesto que la iniciativa tenía que surgir de la Universidad de Zaragoza que era la anfitriona y conocía las cuestiones concretas que podían afectar al acto académico”.