Todos sabemos que los gatos son unos animales un poco especiales, que a veces se muestran inquietos en la sala de consulta. Sin embargo, como a todos los pacientes es necesario realizarles las pruebas pertinentes para poder establecer un diagnóstico. En este caso hablamos del electrocardiograma (ECG), prueba básica para detectar diversas patologías cardiacas. A lo largo de este artículo, se describirán unas sencillas pautas para el manejo de estos animales durante la realización del ECG, ya que cualquier pequeño movimiento, incluso un ronroneo puede hacer que el resultado del ECG no sea válido.
El primer punto a tener en cuenta es el lugar de trabajo que debe ser tranquilo y silencioso, con pocas personas alrededor para que el animal esté lo más relajado posible. La colocación de los electrodos también es un punto importante: colores, tipos de pinzas, lugar más adecuado de colocación, etc. En este apartado también se explica en detalle para qué se emplea cada tipo de pinza y algunos trucos para conseguir que el contacto sea perfecto y los resultados del ECG óptimos, como por ejemplo utilizar mucho gel en la zona de contacto o buscar la postura más cómoda del gato.
*Extraído de: F.J. Sánchez Daviña, J. Hernández, J.L. Benedito y C. Castillo. Manejo correcto del gato para obtener un buen electrocardiograma. Ateuves 46, septiembre/octubre 2013, pp. 28-33