Las anomalías que se producen en las articulaciones y que se agrupan bajo el término osteocondrosis pueden ser causadas por uno o más factores como la predisposición genética, una nutrición desequilibrada, fuerzas mecánicas y un patrón de crecimiento desigual en caballos jóvenes. La osteocondrosis implica varios defectos en la forma en la que el cartílago articular madura. Los quistes en el cartílago y otras alteraciones pueden causar cojera grave y reducir en gran medida el valor de un animal joven. Aunque algunos casos se pueden autocorregir con el tiempo, otros requieren una intervención quirúrgica, y algunos son lo suficientemente graves como para impedir que los caballos afectados tengan la posibilidad de participar en carreras o tengan un buen rendimiento.
En la Alfort National Veterinary School, en Normandía, Francia, los investigadores estudiaron un grupo de 259 caballos desde los seis meses de edad durante 11 meses. Los caballos fueron seleccionados de 20 granjas de cría de la región. Se registraron los detalles del manejo y del ambiente, y las articulaciones seleccionadas se radiografiaron al principio y al final del estudio para evaluar la salud de las mismas.
Se identificaron varios defectos, incluyendo la fragmentación de los cartílagos de las articulaciones, las fracturas de la placa de crecimiento y la osificación defectuosa en 48 % de los caballos en el inicio del estudio y un 42 % mostró problemas a los 17 meses. Más de la mitad de los caballos tuvieron cambios en las puntuaciones de gravedad durante el estudio; algunos de ellos mejoraron y en otros aumentó la gravedad. Los investigadores indicaron que el suelo rugoso era un factor de riesgo para la lesión de la articulación. Estar alojado en una zona mixta donde los compañeros de manada variaban y los altercados sociales eran frecuentes, también fue visto como una estrategia de manejo que se asoció con un traumatismo articular.
El confinamiento en boxes o la ubicación individual en pequeños potreros pueden ser medidas de manejo útiles para evitar lesiones en las articulaciones de los potros, pero se ha demostrado que la permanencia en compartimentos altera el curso del desarrollo de los huesos, al igual que la falta de ejercicio en las grandes áreas muy concurridas. A los potros les gusta correr y jugar con sus compañeros de manada, y estas actividades son importantes para la maduración ósea y la interacción social. Mantener manadas de potros estables más que cambiar con frecuencia los componentes del grupo puede ser una estrategia útil para evitar que los caballos más sumisos se vean obligados a ejercitarse en exceso cuando son perseguidos y acosados.
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