El Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón (CCMIJU), en el marco de un proyecto de I+D financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), en colaboración con el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, ha implantado el sistema de Langendorff, con el que se puede preservar, por tiempo limitado, el tejido cardiaco tras la eutanasia, con objeto de realizar distintos estudios.
La doctora Verónica Crisóstomo, investigadora del CCMIJU, y el doctor Ángel Arenal, jefe de la Unidad de Electrofisiología y Arritmias Cardiacas del hospital madrileño, afirman que este sistema “permite hacer estudios cardiacos extracorpóreos en órganos obtenidos de animales grandes”.
El doctor Andreu Climent, responsable de los sistemas de mapeo óptico que se utilizan en este proyecto, constata que se puede evaluar “la actividad eléctrica del corazón de una forma fidedigna al mantener los tejidos cardiacos vivos después de la extracción del órgano”.