Como se explicaba en el artículo ya publicado en Argos PV La procesionaria del pino, “el momento fundamental del ciclo de la oruga del pino o procesionaria se desarrolla durante el inicio de la primavera, cuando todas las orugas migran. El contacto de este insecto con la piel del perro desencadena una dermatitis urticante. El diagnóstico temprano es fundamental para limitar las secuelas y la mejor medida contra esta intoxicación por contacto es la prevención evitando las condiciones de exposición” (Monaldi y cols, 2010). Además de los síntomas más frecuentes en la lengua y los belfos, la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) da cuadros muy variados en las mascotas, como lesiones oculares más o menos graves, entre otros muchos.
Los síntomas se producen tras el contacto con los pelos urticantes que recubren el cuerpo de las orugas de procesionaria, que producen graves reacciones alérgicas. Para determinar cuál es el cuadro clínico con el que nos podemos encontrar si un paciente ha tenido contacto con T. pityocampa y qué factores de riesgo determinan este contacto, un equipo de investigadores franceses ha llevado a cabo un estudio* restrospectivo sobre 109 casos clínicos de perros con reacciones al insecto entre los años 2000 y 2016.
En el 86 por ciento de los 109 casos estudiados (94/109) se observaron lesiones en la lengua de los perros que iban desde edema a necrosis grave. Los siguientes síntomas más frecuentemente observados en estos pacientes fueron vómitos (52/109, 48 %), disnea (6/109, 5 %), hipovolemia (4/109, 4 %) y diarrea (2/109, 2 %).
Se dividieron los casos estudiados en tres grupos, dependiendo del tiempo transcurrido entre el contacto con las orugas y el primer lavado de la boca para eliminar los pelos urticantes: 6 h (grupo 3, 29/105, 28 %). Teniendo en cuenta este parámetro la necrosis de la lengua fue significativamente más frecuente en los perros del grupo 3 que en el 1 o el 2 (45 % frente a 5 % y 5 % respectivamente, p = 0,0002). También fue significativamente más habitual que se desarrollase necrosis en la lengua en los animales del grupo 3 que en los otros una vez hospitalizados.
Aunque lo habitual es que los animales sobrevivan y se recuperen, se registró un 3 % de mortalidad tras la exposición a T. pityocampa entre los casos clínicos incluidos en este estudio. Además, de 69 de los animales se contó con registros de su evolución a largo plazo: 23 perros sufrieron secuelas importantes por las lesiones consecuentes a la necrosis de la lengua, que afectaron a su calidad de vida.
Con estos datos, parece claro que el mayor factor de riesgo para que las cosas vayan mal tras un contacto con orugas de procesionaria del pino es el incremento del tiempo que se tarda en llevar al animal afectado a la consulta del veterinario. Cuanto antes se toman medidas, como el lavado de la boca con agua, mejor es el pronóstico.
*Pouzot-Nevoret C, Cambournac M, Violé A, Goy-Thollot I, Bourdoiseau G, Barthélemy A. Pine processionary caterpillar Thaumetopoea pityocampa envenomation in 109 dogs: A retrospective study. Toxicon. 2017 Mar 26. pii: S0041-0101(17)30109-5. doi: 10.1016/j.toxicon.2017.03.014.