El fentanilo es un opioide μ-agonista sintético, de acción rápida y breve, una buena opción para tratar episodios agudos de dolor intenso. En personas se administra por vía intranasal en estos casos (Grassin-Delyle et al., 2012): esta vía ofrece ventajas importantes respecto a la parenteral, ya que no es dolorosa y la administración es sencilla, además de que el producto así inoculado tiene alta biodisponibilidad, actúa muy rápidamente, evita el primer paso por el hígado y posibilita el transporte directo desde las fosas nasales al cerebro (Clavijo et al., 2012; Grassin-Delyle et al., 2012).
Un equipo de la Universidad de Nápoles Federico II ha publicado un artículo* a partir de un caso referido a su hospital clínico veterinario. Se trataba de una perra de raza Labrador Retriever de dos años y medio y 30 kg de peso, con una historia clínica de cojera en una extremidad posterior y episodios recurrentes de dolor agudo. El reconocimiento veterinario hizo sospechar de cauda equina, que se confirmó con radiografías, y el animal fue devuelto a su casa tras prescribirle un tratamiento analgésico con AINE para controlar el dolor y orden de reposo, a la espera de ver cómo evolucionaba.
A los siete días de la primera visita, los propietarios volvieron a llevar a la perra a consulta, presa de un episodio de dolor muy intenso. El animal era inmanejable, ladraba y vocalizaba y rechazaba cualquier intento de examen de la extremidad por parte del equipo veterinario. Se pudieron tomar las constantes vitales: 120 lpm, 160 rpm y 21/27 en la escala de dolor de la Universidad de Melbourne (dolor intenso).
Como era imposible colocar una vía al animal para administrarle analgésicos de forma endovenosa, se decidió utilizar fentalino por vía intranasal para controlar el dolor que sufría y poder manejarla después de manera adecuada. No fue necesario sujetarla de forma firme, bastó con sostenerle la cabeza con suavidad para llevar a cabo la administración con un dispositivo de atomización.
Dos minutos después el animal dejó de vocalizar y su frecuencia respiratoria cayó de 160 a 112. A los siete minutos su frecuencia cardiaca había bajado a 92 lpm desde los 120 iniciales y el nivel de dolor descendió hasta un 10/27. Así, se pudo colocar al paciente un catéter en la vena cefálica para inocularle ketamina (una sola vez) y metadona (cada cuatro horas) por vía endovenosa y controlar el dolor a medio plazo. Al día siguiente la perra fue intervenida para solucionarle el problema de cauda equina, sin más incidencias.
Los autores del estudio afirman que este es el primer reporte documentado de la utilización de fentanilo por vía intranasal en este tipo de episodios de dolor agudo en el perro. En los servicios de urgencias, donde suelen ingresar animales con dolor intenso que los hace difícilmente manejables, el fentanilo intranasal puede ser una gran ayuda para aliviar su situación rápidamente y atenderlos más detenidamente una vez ya no sufren dolor.
*Micieli, Fabiana et al. Intranasal fentanyl for acute severe pain episodes control in a dog. Veterinary Anaesthesia and Analgesia. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.vaa.2017.06.003