En esta entrevista Ricardo Coedo, Technical manager de Virbac España, explica las principales características de la nueva vacuna Canigen L4.
Se trata de una vacuna adaptada a la situación epidemiológica actual que cubre los cuatro serogrupos más frecuentes en Europa. Es una vacuna sin adyuvante y con un nivel de BSA inferior al de otras vacunas frente a Leptospira. Puede administrarse a partir de las 6 semanas de edad, y también en hembras gestantes.
Canigen L4 confiere un año de protección frente a cuatro serogrupos de Leptospira:
La albúmina sérica bovina o BSA se usa como uno de los componentes del medio de cultivo de todas las vacunas contra leptospirosis (ver tabla), y es una causa relevante de las reacciones vacunales por hipersensibilidad (Ohmori K. y col. Vet Immunol Immunopathol, 2017).
La tecnología VacciPure, usada en la fabricación de Canigen L4, consiste en un proceso de filtración y ultrafiltración que reduce al mínimo la cantidad de BSA presente en la vacuna, lo que minimiza el riesgo de reacciones graves como la anafilaxia.
Se deben administrar dos dosis con un intervalo de 4 semanas en perros a partir de las 6 semanas de edad. La primera dosis puede ser administrada entre las 6 y las 9 semanas de edad y la segunda dosis, entre las 10 y las 13 semanas de edad.
Los perros deben ser revacunados anualmente.
Al igual que con cualquier vacuna multivalente frente a Leptospira, si la primovacunación se realiza por primera vez en un animal adulto, deben administrarse igualmente dos dosis. El veterinario debe tenerlo en cuenta siempre que decida cambiar a una vacunación frente a Leptospira triple o cuádruple en un perro adulto que hasta entonces se hubiera estado vacunando con una vacuna clásica de Leptospira de dos valencias. En ese caso, con una sola dosis no estaríamos generando una buena respuesta frente a las nuevas valencias incorporadas por primera vez. Esta consideración debe realizarse sea cual sea la marca de vacuna empleada.
A nivel práctico, Canigen L4 puede mezclarse en la misma jeringuilla con Canigen DHPPi. De esta forma, podemos incluir todas las valencias en una única inyección.
Los estudios realizados confirman la eficacia de la vacuna frente a la infección durante 12 meses completos. Además, Canigen L4 controla la diseminación a través de la orina, lo que resulta especialmente relevante por tratarse de una zoonosis.
La vacunación contra la leptospirosis no está considerada “core” y, en general, la WSAVA recomienda una vacunación adaptada a cada perro en función de la epidemiología local y el modo de vida. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de otras vacunas, en el caso de la leptospirosis la revacunación anual es imprescindible.
No debemos olvidar que se trata de una zoonosis. Los perros no vacunados pueden contraer la infección y excretar Leptospira de por vida.
Es imprescindible vacunar a los perros de caza, a aquellos que realizan actividades en el exterior y a los que conviven con pacientes inmunodeprimidos o participan en labores de terapia asistida (Schuller y col. JSAP 2015), así como a todos aquellos que vivan en zonas de riesgo.
Además, aunque en España apenas se han publicado estudios epidemiológicos, sí existen datos en países como Francia, Bélgica o Alemania que ponen de manifiesto la elevada prevalencia de algunos serogrupos no incluidos en las vacunas clásicas. Por ejemplo, en un estudio en Francia se detectaron un 27 % de muestras positivas a L. Australis y un 38 % en Alemania, y en Bélgica el 19 % de muestras analizadas fueron positivas a L. grippotyphosa (Behaeghel, I., y col. BSAVA 2011; Kodjo, A. 2009; Laboklin).
Las vacunas actuales, en particular las vacunas víricas como la del moquillo o la de la parvovirosis canina, son extremadamente eficaces. Sin embargo, en ocasiones se producen fallos de inmunización como consecuencia de una respuesta inmunitaria deficiente, provocada por factores externos o bien por alteraciones propias del animal. Aunque es poco frecuente que un animal vacunado desarrolle la enfermedad frente a la que se le ha intentado proteger, cuando esto ocurre resulta difícil de manejar con el propietario. En esos casos, el veterinario precisa herramientas que le permitan, ante todo, diagnosticar la verdadera causa del fallo para defender su buena praxis delante de su cliente.
Si el perro ha sido correctamente vacunado con vacunas Virbac, y una vez descartadas otras posibles causas (como fallos de protocolo, etc.) nos hacemos cargo de las pruebas necesarias para diagnosticar la causa específica del fallo de inmunización. Para ello contamos con el asesoramiento personalizado del prestigioso inmunólogo Fernando Fariñas que, además de elaborar un informe con todos los detalles del caso, ofrecerá asesoramiento personalizado al veterinario. De esta forma, el clínico puede proporcionar a su cliente una respuesta profesional que explique lo ocurrido con su mascota y, además, conocer cuál es el estado inmunológico del animal para establecer un pronóstico y unas pautas de manejo específicas.