El aprendizaje social es especialmente ventajoso para los individuos jóvenes porque reduce los riesgos que conlleva el aprendizaje de ensayo y error, al tiempo que proporciona una forma eficiente de adquirir información. Mientras que los perros adultos son conocidos por sobresalir en habilidades de aprendizaje social, la ontogenia de este proceso se ha pasado por alto.
El objetivo de este estudio* fue el de investigar si la capacidad de aprendizaje social ya se ha desarrollado en perros a una edad temprana.
Para ello se estudiaron cachorros de perros de 8 semanas en su capacidad de aprender socialmente a abrir una caja de rompecabezas con comida y sobre su capacidad para retener en su memoria la información adquirida.
Los cachorros fueron evaluados con sujetos coespecíficos y humanos. Además se investigó si las demostraciones realizadas por su madre o por un modelo coespecífico no familiar afectaron a la tendencia de aprendizaje de los cachorros de manera diferente.
El estudio puso de manifiesto que las habilidades de aprendizaje social estaban presentes en cachorros de 8 semanas de edad y que los animales recordaron esta experiencia durante una hora. Los cachorros aprendieron a resolver la tarea tanto con individuos coespecíficos como con humanos, lo que respalda la flexibilidad de los perros para aprender de los diferentes interlocutores sociales.
Inesperadamente, los cachorros tenían más probabilidades de aprender de coespecíficos desconocidos que de su madre, probablemente como resultado de una mayor atención prestada a la demostración realizada por el modelo desconocido.
*Fugazza C., Moesta A., Pogány Á., Miklósi Á. Social learning from conspecifics and humans in dog puppies. Sci Rep. 2018 Jul 5;8(1):9257. doi: 10.1038/s41598-018-27654-0.