Tal y como publica Tribuna Complutense, el paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) acogió el acto de investidura como doctora honoris causa de la primatóloga Jane Goodall, pionera en los estudios sobre los comportamientos fisiológicos y psicológicos de los chimpancés.
El rector Carlos Andradas la ha definido como "una militante del desarrollo sostenible y la convivencia armónica entre el hombre y la naturaleza, que gracias a su trabajo ha trascendido el ámbito científico para ser una mujer con una influencia social tremenda".
Por su parte, el encargado de leer la laudatio, Pedro Lorenzo, decano de la Facultad de Veterinaria la define como "una de las mujeres científicas de mayor impacto del siglo XX y una de las activistas más influyentes del siglo XXI".
La propia Jane Goodall confiesa que en su infancia no tenía ninguna intención de ser científica, porque en aquellos tiempos las niñas no soñaban con eso, aunque lo que sí quiso siempre fue "ir a África, ver animales y escribir libros sobre ellos, algo que no hacían las chicas".
Jane Goodall empezó su trayectoria profesional a los 23 años, trabajando en Kenia con el antropólogo Louis Leakey hasta que en 1960 éste la envió a Tanzania para investigar a los chimpancés salvajes. Los resultados de sus investigaciones revolucionaron a la comunidad científica internacional. Su extenso trabajo (58 años) constituye la investigación de campo más prolongada sobre animales en libertad, que actualmente prosiguen investigadores del Instituto Jane Goodall. Doctora en Etología por la Universidad de Cambridge, Goodall ha recibido más de 100 premios internacionales, incluido el Príncipe de Asturias de Investigación 2003, la Legión de Honor de la República de Francia, el título de Dama del Imperio Británico y la medalla Hubbard de la National Geographic Society. Además, es doctora honoris causa por más de 45 universidades.
Por otro lado, en 1977, fundó el Instituto Jane Goodall cuyos objetivos se centran en la investigación no invasiva de las especies en sus hábitats naturales y en cautividad; la educación y sensibilización, a través del programa ambiental Roots&Shoots (Raíces y Brotes), con más de 17.000 grupos en 100 países, que impulsa a los jóvenes a actuar en la protección de los seres vivos; y la conservación de las especies y el medio, a través del desarrollo sostenible de las comunidades locales africanas, proveyendo alternativas a prácticas destructivas.