Bajo un nombre tan inofensivo e incluso tierno como “KITTEN Act” se esconde una iniciativa nacida para luchar contra algo mucho más siniestro: el uso de gatos para experimentos de laboratorio, una práctica habitual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, según sus siglas en inglés) que ha terminado con la vida de miles de animales y que supone un gasto anual de 650.000 dólares.
Ante esta realidad, un grupo de políticos y legisladores ha puesto en marcha una iniciativa llamada Kittens in Traumatic Testing Ends Now, cuyas siglas forman no por casualidad la palabra inglesa con la que se nombra a un gatito: “kitten”. Dicha iniciativa se puso en marcha la semana pasada con la intención fundamental, según quienes la apoyan, de detener “una matanza que está financiada por los contribuyentes”. Esta iniciativa puede apoyarse a través de la plataforma Change.org
Según explicaron, se crían más de 100 gatitos al año en un laboratorio de Beltsville (Maryland) a los que se les alimenta con carne infectada con el parásito de la toxoplasmosis cuando llegan a los dos meses de edad. Posteriormente, recolectan los huevos del parásito que crecen en las heces de los gatos y se sacrifica a los animales, cuando alcanzan los tres meses.
"La decisión del USDA de sacrificar gatitos después de que se usen en la investigación es una práctica arcaica y un tratamiento horrible, y tenemos que ponerle fin", señaló en un comunicado de prensa el senador estadounidense Jeff Merkley, quien añadióp que el Acta KITTEN “protegerá a estos animales inocentes de ser sacrificados innecesariamente en las pruebas del gobierno y se asegurará de que puedan ser adoptados por familias receptivas”.
El Departamento de Agricultura defiende su investigación y afirma que ha sido "acreditada internacionalmente por ayudar a reducir la prevalencia de la enfermedad hasta en un 50 por ciento en los Estados Unidos”. Del mismo modo, añadió que los gatos infectados no se daban en adopción por el riesgo potencial que podrían suponer para las familias adoptivas, y subrayó que ante todo velaban por la salud pública. No obstante, la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) admitió que la toxoplasmosis es una enfermedad que se puede tratar, y que los gatitos podrían ser adoptados.
El Acta KITTEN es heredera directa del White Coat Waste Project, una iniciativa que quiere terminar con el uso de los animales en experimentos de laboratorio.