La Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (Fesvet) y el grupo promotor de la manifestación veterinaria del 17 de noviembre han comparecido hoy en una rueda de prensa celebrada en la sede del Consejo General de Colegios Veterinarios de España.
En ella han señalado que reclamarán al Gobierno que surja de las urnas el próximo día 10 de noviembre que aborde el reconocimiento real de su condición de profesionales sanitarios, formando parte del Sistema Nacional de Salud (SNS) con todas las consecuencias que de ello se derivan, al igual que otros profesionales como farmacéuticos o médicos. “Somos conscientes de que la salud de las personas depende de la salud animal y de la salud medioambiental hasta el punto de que el 60 por ciento de las infecciones que sufren los humanos provienen de los animales”.
“La veterinaria”, explican, “se define como una profesión sanitaria junto con medicina, odontología o farmacia, tal como se recoge en la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las profesiones sanitarias, pero en la práctica no tiene esta consideración. Es esencial en la protección de la salud de las personas y solo se puede desarrollar en todo su potencial para prevenir la enfermedad de la población y garantizar la seguridad alimentaria desde dentro del SNS, con una integración plena. Cualquier otro modelo limita la gran capacidad de la profesión veterinaria para desarrollar sus competencias en prevención y protección de la salud pública comunitaria”.
Para los convocantes de la manifestación, “inicialmente los veterinarios estábamos integrados en el SNS en tareas coordinadas de prevención y control de la salud pública, pero tras el traspaso de competencias sanitarias a las comunidades autónomas sólo un mínimo porcentaje de profesionales está ligado a alguna de las administraciones. El resto, la mayoría de los 30.000 profesionales que ejercemos en España, trabajamos en condiciones de precariedad, con falta de medios humanos y materiales o en condiciones de excesiva presión fiscal y, en demasiadas ocasiones, de falta de respeto profesional, de manera muy diferente a las de nuestros colegas de otros ámbitos sanitarios”.
Así, quieren recordar que “nuestro papel es fundamental en el triángulo animales-hombres-enfermedades con la finalidad de preservar Una Sola Salud, porque según los datos publicados en común por las organizaciones internacionales FAO, OIE y OMS, el 60 % de los patógenos que afectan al hombre es de origen animal; el 75 % de los patógenos llamados “emergentes” también se deriva de los animales (caso del ébola por ejemplo) y el 80 % de los patógenos presenta un interés para el bioterrorismo, como aquellos virus que afectan a animales y están disponibles en países en que la enfermedad es endémica con el riesgo de que se liberen deliberadamente (por ejemplo la fiebre aftosa). Los veterinarios somos quienes, coordinados con otros sanitarios, como médicos y farmacéuticos, podemos prevenir y controlar la salud animal y los alimentos que se van a consumir, de modo que se pueda garantizar la salud pública”.
A pesar de esta falta de reconocimiento, concluyen, “desarrollamos una profesión sanitaria por ley, atendiendo al bienestar animal, controlando el ganado en una explotación, realizando la supervisión en un matadero, atendiendo animales en una clínica veterinaria o inspeccionando el proceso de producción de una industria de alimentación”.
Sobre el sector de la veterinaria clínica, los organizadores de la manifestación señalan: “Los centros clínicos veterinarios, pese a realizar una importante labor en salud pública, no están reconocidos como centros sanitarios de pleno derecho, lo cual acarrea consecuencias negativas para la salud de las personas y el bienestar animal. Paradójicamente, el veterinario que trabaja en una clínica privada es de hecho un profesional sanitario, pero la clínica no figura en el real decreto de centros y servicios sanitarios. Ello supone, por ejemplo, que no tengan un IVA reducido como los centros sanitarios reconocidos, sino que alcanza el 21 %".
Entre las reivindicaciones de los veterinarios clínicos figura la reducción al 8-10 % o la exención del IVA; el permiso para dispensar medicamentos; la prohibición de la venta de medicamentos veterinarios online; la reglamentación nacional y clasificación de consultorios, clínicas y hospitales veterinarios y la regulación de la figura del veterinario de explotación. En este punto, demandan la preservación de un ejercicio libre de presiones con separación de las responsabilidades de ganadero y veterinario. Y entre diversas medidas, la unificación de criterios a nivel nacional para el control, entre otros, de la rabia e identificación de animales.
Por su parte, afirman sobre los veterinarios oficiales: ”Las peticiones de los veterinarios oficiales incluyen un aumento de plazas de funcionarios en el ámbito de la salud animal y la seguridad alimentaria en sus diferentes vertientes; consolidación del personal interino de acuerdo a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE, así como más ofertas públicas que permiten reponer las plazas vacantes. Otro aspecto fundamental es la inclusión explícita en el artículo 550 del Código Penal de los veterinarios funcionarios como autoridades públicas ante situaciones de amenaza o agresiones, para mantener la libertad de ejercicio".
También se plantea el aumento de plazas de veterinario en la Gestión de Medio Ambiente en las distintas administraciones, así como el incremento de plazas veterinarias en el ámbito de la investigación pública y en los centros de investigación.
Para Fesvet y los promotores de la manifestación del 17 N es básica la promoción de la Veterinaria de Salud Pública, incorporando estas competencias como prestaciones básicas dentro de la cartera de servicios del SNS y encuadrando a los Veterinarios Oficiales que las desarrollan como Facultativos Especialistas dentro de los Servicios Regionales de Salud, con el consecuente reconocimiento de la especialidad propia de Veterinaria de Salud Pública por el modelo de formación especializada en ciencias de la salud.
En cuanto a la enseñanza de la profesión, se considera preciso establecer un numerus clausus a nivel nacional ante el exceso de nuevos licenciados cada año.