El anuncio de que el Reino Unido endurecerá por el Brexit las condiciones de entrada para las personas extranjeras que vayan a trabajar a las islas británicas ha provocado los recelos de los veterinarios. Pero no solo en quienes veían en el país una posible salida laboral, sino entre los propios veterinarios británicos, que han recibido estas medidas con incertidumbre.
Lo avisa la Asociación Veterinaria Británica (British Veterinary Association, BVA), que recuerda que anualmente más de la mitad de las nuevas inscripciones en el registro veterinario del Reino Unido proviene del extranjero, la gran mayoría de la Unión Europea merced a la libertad de circulación existente hasta ahora.
Cuando esta libre circulación finalice en enero de 2021 será reemplazada por un sistema basado en puntos que deberán llevar a cabo los propietarios de centros veterinarios, y que supondrán previsiblemente una sobrecarga administrativa significativa a las empresas veterinarias que contratan profesionales de fuera del Reino Unido.
Tanto la BVA como el Real Colegio de Veterinarios del Reino Unido (RCVS) habían pedido que los veterinarios clínicos formasen parte de la llamada Lista de Ocupaciones de Escasez puesta en marcha en el Reino Unido para regular el mercado laboral tras el brexit. La demanda británica de veterinarios es mucho mayor que la oferta, y la nueva situación del Reino Unido puede impedir que se cubran todas las necesidades.
Igualmente, la BVA también ha conseguido que se pongan en marcha visados de trabajo una vez finalizados los estudios universitarios, que servirán para retener a los veterinarios extranjeros que se han licenciado en una escuela veterinaria del Reino Unido pero que anteriormente no habrían podido trabajar ahí.
"Estamos satisfechos de que nuestra campaña para asegurar a los veterinarios en la Lista de Ocupación de Escasez sea beneficiada con el nuevo sistema, y de que los visados de trabajo para después de los estudios universitarios estén disponibles para los veterinarios que se gradúen en nuestras escuelas veterinarias”, afirma la presidenta de la BVA Daniella Dos Santos. “Pero no sabemos si esto será suficiente, y nos preocupa que este sistema suponga una carga financiera y burocrática significativa a los establecimientos veterinarios, muchos de los cuales son pymes”.
“La profesión veterinaria del Reino Unido depende en gran medida de los veterinarios extranjeros para brindar salud y bienestar animal, salvaguardar la salud pública y garantizar que el Reino Unido pueda comerciar animales y productos animales”, explica Daniella Dos Santos, que añadió que la nueva situación sobre inmigración que conlleva el brexit “deja un gran interrogante sobre si podremos llenar la brecha laboral creada al acabarse la libre circulación, cuando estamos ya teniendo dificultades para incorporar y retener veterinarios”.