Rafael Laguens, nuevo presidente electo de la Asociación Mundial Veterinaria (WVA), analiza la actualidad de la veterinaria. En plena lucha frente al coronavirus, la prevención y el control de enfermedades, la necesidad de producir suficientes alimentos para alimentar el planeta y que estos sean seguros, el bienestar animal y la disponibilidad de medicamentos se han convertido en problemas globales que precisan enfoques globales.
¿Qué es la Asociación Mundial Veterinaria y cuáles son sus objetivos?
El origen de la Asociación Mundial Veterinaria, también conocida como WVA por sus siglas en inglés, se remonta a 1863, ese año un veterinario británico llamado John Gamgee, congregó en Hamburgo a 103 veterinarios de 10 países, con la idea de buscar soluciones para combatir las enfermedades animales y proponer reglas comunes para el comercio internacional del ganado, por aquel entonces la peste bovina asolaba Europa. Esa reunión es considerada como el primer congreso internacional veterinario, que pasó a ser el Congreso Mundial Veterinario, y que ha venido celebrándose desde entonces hasta ahora.
La WVA es una asociación global integrada por 94 asociaciones veterinarias de los cinco continentes que representan unos 500.000 veterinarios, con el objetivo de intercambiar ideas y unir fuerzas para luchar por la promoción y el desarrollo de la profesión veterinaria. La WVA es reconocida y respetada a nivel global como la voz de la veterinaria.
Hoy más que nunca, la profesión veterinaria es un asunto global.
La prevención y el control de enfermedades, la necesidad de producir suficientes alimentos para alimentar el planeta y que estos sean seguros, el bienestar animal y la disponibilidad de medicamentos se han convertido en problemas globales, que precisan enfoques globales. La colaboración veterinaria internacional es cada vez más crucial para la promoción de la salud humana, animal y del medio ambiente bajo el enfoque Una Salud.
En definitiva la misión de la WVA es garantizar y promover la salud y el bienestar animal y la salud pública a nivel mundial, mediante el desarrollo y la promoción de la profesión veterinaria.
Acaba de tomar posesión como presidente electo de la WVA, ¿cómo se estructura la asociación y cómo se está adaptando a la crisis de la COVID-19?
La presidencia de la WVA sigue un modelo anglosajón, tras la elección de un nuevo presidente, que requiere obtener más del 50 % de los votos emitidos, este ocupa la función de presidente-electo, y tras dos años automáticamente pasa a ser presidente, para dos años más tarde pasar a ser “Immediate Past-President”. Los tres presidentes trabajan en equipo dirigiendo la asociación y sus diferentes órganos de gobierno, que son la Asamblea General, máximo órgano de gobierno, e integrada por representantes de todas las asociaciones miembro, y el Consejo de la WVA, que se encarga de la dirección estratégica de la asociación.
La WVA tenía previsto celebrar su 36 Congreso en Auckland (Nueva Zelanda) del 6 al 8 de abril, y allí estaba prevista la celebración de la Asamblea General de la asociación, pero tuvimos que suspender los actos tal como estaban programados por causa de la pandemia de la COVID-19.
Dadas las circunstancias y para continuar con nuestras actividades, el 6 de abril se celebró la Asamblea General prevista, utilizando medios telemáticos, en ella se trataron los temas previstos y tomó posesión el nuevo Consejo de la WVA.
Además, la asociación ha decidido celebrar el congreso previsto de forma online a partir del 25 de abril, las 100 horas de ponencias se desarrollaran durante 3 semanas con la participación de 54 oradores, y la información de este material estará disponible online durante seis meses.
¿Con qué socios globales relevantes colabora la WVA, en qué temas y cómo se gestiona esta colaboración?
La WVA mantiene relaciones y colabora con diferentes organismos y asociaciones como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Asociación Médica Mundial (WMA), la Federación Internacional de la Leche (FIl/IDF), la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA), el Comité Internacional de Medicina Militar (CIMM), y un largo etcétera.
Pero, como ejemplo, permítame que me centre en el memorándum de entendimiento que la OIE y la WVA tienen firmado, este acuerdo trata de fomentar la colaboración en asuntos de interés común, incluida la participación como observadores en las actividades relevantes y las reuniones internacionales, así como compartir puntos de vista de ambas organizaciones.
Resumiendo, las áreas de actividad de mayor interés común y en las que se está colaborando más son: la buena gobernanza de los servicios veterinarios, la educación veterinaria, la resistencia antimicrobiana, el bienestar animal y el concepto de “Una sola Salud”.
Mencionaré varios ejemplos; estamos trabajando para tratar que todos los países dispongan de instalaciones educativas modernas, currículos y métodos de enseñanza basados en las recomendaciones de la OIE sobre las competencias mínimas que se esperan de los veterinarios recién licenciados.
Respecto al bienestar animal la colaboración se centra en ayudar a que todos los países cumplan de forma gradual con el Título 7 del Código Terrestre y del Código Acuático que tratan respectivamente sobre el bienestar animal y el bienestar de los peces de cultivo.
Y con relación al concepto de “Una sola Salud”, se busca profundizar ayudando a los países a desarrollar una colaboración formal y articulada entre los servicios veterinarios, los de salud humana y los medioambientales. En el caso específico de la rabia se insta a los responsables políticos de los países en los que esta enfermedad es endémica a actuar para establecer programas de prevención y control adecuados.
¿Cuáles son para usted los principales retos a los que se enfrenta la asociación en la actualidad, los veterinarios a nivel mundial y la sanidad animal?
El primer reto de la WVA y de todas sus asociaciones miembro es contribuir a solucionar esta crisis global que supone la COVID-19, en segundo lugar consolidar el trabajo realizado durante todos estos años. Siempre teniendo en mente el objetivo de trabajar para fortalecer la organización, aumentando el número de asociaciones miembros, incrementando las colaboraciones con entidades y empresas relacionadas con la veterinaria e incrementando la actividad y la calidad de nuestros grupos de trabajo. Otro gran reto es conseguir los mejores sistemas y estrategias de comunicación entre nuestros miembros y las demás organizaciones que trabajan y colaboran con la WVA.
Nuestra profesión debe ser capaz de adaptarse a las necesidades que demanda y precisa de una sociedad global y en constante cambio. Para ello es fundamental contar con sistemas de formación pregrado, posgrado y a lo largo de la vida que permitan, de forma eficaz y adaptada a la realidad, disponer de veterinarios en todo el planeta con los mejores estándares científicos, profesionales y éticos.
En mi opinión el gran desafío de la sanidad es comprender y aplicar de forma decidida el principio de “Una sola Salud”, la crisis del coronavirus nos muestra de forma paradigmática la relación entre medio ambiente, fauna salvaje, animales de compañía, sistemas de producción animal, bienestar animal, calidad y distribución de alimentos, sanidad humana, movimiento de personas y animales, sostenibilidad económica, solidez de las estructuras sociales y políticas, etc.
¿Cuál es el posicionamiento de la WVA para el control de las zoonosis y demás enfermedades animales?
Corresponde a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) marcar las estrategias globales para combatir las enfermedades de los animales a nivel mundial, coordinando los esfuerzos de las autoridades competentes de todos los países.
En este marco resulta esencial el papel de la WVA para impulsar la cooperación entre los servicios veterinarios públicos y privados que, estructurados en redes veterinarias, cubran todo el territorio de cada país y sean capaces de detectar y notificar cualquier incidente epidemiológico para garantizar respuestas rápidas y adecuadas, mejorando la prevención y el control de las enfermedades animales. Una vez más la formación, la comunicación y los estándares profesionales adecuados son fundamentales.
También me parece oportuno destacar que entre los objetivos estratégicos de la WVA está la colaboración en la lucha contra la rabia transmitida por el perro, gran problema de salud pública que causa unas 60.000 muertes al año en el mundo, compartir la experiencia de las asociaciones y entidades relacionadas con la profesión de los países que han controlado esta enfermedad y el trabajo colaborativo de las mismas serían de gran ayuda para su erradicación.
Aunque ahora estemos centrados en la lucha contra una pandemia de la COVID-19 no debemos olvidarnos de otros problemas que amenazan a la salud pública, por eso la WVA continua su defensa de los antimicrobianos como un bien de interés público y considera la resistencia antimicrobiana como una amenaza global. Con todos los medios de formación e información que tiene a su alcance, nuestra asociación trata de hacer comprender la importancia del uso responsable de los medicamentos y el papel del veterinario en la lucha contra este grave problema, en definitiva trata de promover el liderazgo y la responsabilidad de la profesión veterinaria en la utilización de los antimicrobianos en los animales. Porque si no se toman medidas, según la ONU, las enfermedades resistentes a los medicamentos antimicrobianos podrían causar 10 millones de muertes anuales antes de 2050 y dañar la economía mundial de forma grave.
¿Cuál sería el mensaje del presidente electo de la WVA hacia la comunidad global, respecto a los retos, desafíos y oportunidades que tiene el sector?
En estos momentos de pandemia de la COVID-19, mi primer deseo es que todos los veterinarios y sus familias se encuentren bien, que cuiden de sí mismos y de las personas de su entorno. En estos momentos debemos dar lo mejor de cada uno, individual y profesionalmente, para contribuir a solucionar cuanto antes esta crisis global y sus consecuencias.
Y volver a insistir que tanto la WVA como la OIE consideramos las actividades desarrolladas por los veterinarios cruciales para la salud pública. Los veterinarios son una parte integral de la comunidad sanitaria mundial, no solo por las actividades relacionadas con la salud y el bienestar de los animales, sino porque también cumplen un papel fundamental en la prevención y la gestión de las enfermedades, incluidas aquellas transmisibles a los humanos, así como para garantizar la seguridad alimentaria en las poblaciones.
En estos momentos se hace imprescindible la colaboración y comunicación entre todos los veterinarios, y a todos los niveles: regional, nacional, internacional y global, y para ello necesitamos contar con estructuras profesionales fuertes y eficaces.