El Instituto Aragonés de Fomento organizó el pasado 8 de mayo un encuentro virtual, dentro de su programa + CERCA, titulado: "Visión del COVID-19 desde UNIZAR: Transfiriendo conocimiento en Salud".
El evento contó con los doctores Juan Badiola, Ignacio de Blas y Antonio Güemes. La moderación corrió a cargo de Pilar Zaragoza, vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica de la Universidad de Zaragoza, que hizo hincapié en el carácter multidisciplinar del encuentro, protagonizado por dos veterinarios y un médico.
El doctor Ignacio de Blas (epidemiólogo y profesor titular del Dpto. de Patología de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza) comparó las prevalencias acumuladas de COVID-19 en España, Estados Unidos, Italia y Alemania, y comentó que este último país “probablemente tenga mejores cifras debido a su capacidad de contención durante la etapa inicial”. En este mismo sentido, De Blas, para quien "el asintomático es el problema" remarcó que, en su opinión, la rápida evolución inicial en España “probablemente se debió a que las medidas se tomaron más tarde”.
También destacó que “si miramos solo los casos activos, la bajada en España será antes que en Italia. En Estados Unidos es difícil de interpretar, porque va a fases; sería como analizar toda Europa a la vez”, afirmó. Además, hizo hincapié en la distribución de edades de la población española, mucho más envejecida que la de China, aunque ello no explica por sí solo el mayor impacto que la pandemia ha tenido en nuestro país.
En referencia a los factores relacionados con el patógeno, el epidemiólogo aseguró que experiencias previas como la del virus de la gastroenteritis transmisible porcina (TGEV), causada por un Coronavirus, nos dicen que las mutaciones, muy habituales, “pueden conducir al surgimiento de otros virus distintos, como sucedió con la variante de aquel: el virus respiratorio porcino”. Otras posibilidades que habrá que tener en cuenta son la recombinación con otros agentes (se han reportado cepas recombinantes del porcino TGEV y del canino CCoV-II), así como la inmunidad cruzada del SARS-CoV-2 con alguno de los otros Coronavirus que afectan a la especie humana.
Igualmente, recordó que las mutaciones “suelen ser a nuestro favor”, porque una mutación hacia mayor agresividad es peor para el virus, ya que mata a su hospedador. No obstante, cabe destacar que para esto “hay excepciones, como la gripe española, que tuvo una segunda ola peor que la primera”.
Con respecto a factores externos, De Blas comentó que la contaminación ha demostrado tener un efecto perjudicial sobre la enfermedad.
El doctor Juan Badiola (catedrático emérito del Dpto. de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria e Investigador y Director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza) destacó que: “Esta pandemia está suponiendo un desafío descomunal para los sistemas sanitarios, la economía, el mundo laboral, los hábitos sociales y la sociedad en su conjunto. Pero también para la credibilidad de los países”.
Tras explicar las características morfológicas y estructurales del SARS-CoV-2, Badiola afirmó que “la clave de este virus es su extraordinaria capacidad de contagiar y de propagarse, mucho mayor que sus antecesores”, que eran mucho más letales y, por tanto, estaban condenados a extinguirse.
Asimismo, después de realizar un recorrido sobre el origen de la enfermedad, tal y como la conocemos, repasó los síntomas clínicos más característicos, las diferencias entre las posibilidades diagnósticas existentes y algunos de los tratamientos que se están probando en la actualidad. Igualmente, recordó que por el momento sabemos que se transmite de humanos a gatos y otros felinos, pero no hay pruebas de la transmisión en sentido contrario.
“La vacuna es el sistema más eficaz para controlarlo, y probablemente antes de acabar el año habrá más de una aprobada”, aseveró Badiola, que considera que la vacuna es “interesante sobre todo de cara a segunda ola”, aunque no es seguro que esta llegue a tener lugar. En todo caso y aunque, según su opinión personal, si aparece será menos grave que la primera, “hay que evitar rebrotes, no precipitarse durante el desconfinamiento. La carrera por ser el primero no tiene sentido”.
Por otro lado, y en coincidencia con Pilar Zaragoza, para quien la PCR ha sido “fundamental para el control de asintomáticos en países donde la epidemia se ha controlado bien”, Badiola recomendó liberalizar la disponibilidad de pruebas diagnósticas, y que se realicen análisis a empleados de empresas de cara a la vuelta a las oficinas, ya que es una “inversión recuperable”. “Se trata de una cuestión de responsabilidad social, además de convertir una crisis en una oportunidad, ya que puede mejorar la imagen empresarial; siempre teniendo en cuenta que habría que comunicar los análisis realizados y positivos a la autoridad sanitaria”. En este sentido, cabe destacar que en su opinión “la PCR es la prueba más fiable y no es ni tan cara ni tan difícil de hacer, sobre todo si se autorizan más laboratorios para ello”. Así, el objetivo sería evitar contagios, “como si empezáramos de cero tras el desconfinamiento”.
El doctor Antonio Güemes (jefe de sección de Cirugía General en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y profesor titular del Departamento de Cirugía, Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de Zaragoza) dirige un grupo de investigación multidisciplinar en el que ha habido veterinarios y actualmente hay ingenieros, médicos y patólogos, entre otros profesionales.
“El grupo se caracteriza por su agilidad de reflejos. Se nos propuso buscar soluciones para evitar que el virus se distribuyera en el hospital, que ha sido un auténtico caos ya que ha tenido hasta siete plantas dedicadas a la enfermedad”. Así, desde el inicio de la pandemia el grupo se dedicó a buscar sistemas de protección respiratoria frente al SARS-CoV-2, fundamentalmente mascarillas, para el personal del hospital. Para lograrlo, ha contactado con varias empresas que han aportado diversos materiales.
“Este es un ejemplo de cómo la investigación aplicada puede conducir al aporte de soluciones siempre que se actúe de forma rápida”, afirmó Güemes, quien apeló a la ventaja de que en Aragón existan instalaciones como las del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles coordinado por Juan Badiola. De hecho, el veterinario coincidió con esta afirmación y aprovechó para destacar “la potencia investigadora de la Universidad de Zaragoza”, así como el hecho de que esta disponga de un centro de alto nivel. “Utilícennos, ahora es el momento”, concluyó Badiola en referencia al colectivo veterinario.