Se cree que el origen del coronavirus causante de la COVID-19 está en los murciélagos, aunque una de las grandes incógnitas en torno a él es cómo dio el salto de los huéspedes animales a los humanos, así como cuál es el potencial que tiene este virus para infectar a otras especies animales. Saber exactamente cómo se vuelven zoonóticos estos virus podría ser la clave para prevenir futuras pandemias.
Un grupo de investigadores del Instituto Pirbright en el que se integran virólogos y veterinarios ha dado un paso más para identificar diferencias clave entre el SARS-CoV-2 y otros coronavirus, que pueden ser responsables del salto de los murciélagos a los humanos, además de establecer qué animales tienen receptores celulares que permiten que el virus entre de forma más eficaz.
El coronavirus más cercano al SARS-CoV-2 es otro coronavirus de murciélago,el RaTG13. El grupo comparó los genomas de ambos virus e identificó varias regiones importantes que diferían entre sus espículas, que el virus usa para introducirse en las células de un huésped.
Posteriormente examinaron si estas diferencias estaban involucradas en la adaptación del SARS-CoV-2 a los humanos y hallaron que estas adaptaciones genéticas eran similares a las realizadas por el SARS-CoV cuando se adaptó de murciélagos para infectar a los humanos.
Esto sugiere que puede existir un mecanismo común por el cual esta familia de virus muta para saltar de animales a humanos, e identificarla podría ayudar a prevenir otra pandemia.
Dalan Bailey, jefe del grupo de investigación de Pirbright, explicó que usar técnicas moleculares les había permitido analizar en profundidad cómo las diferencias genéticas en las espículas de coronavirus influyen en los animales que el virus puede infectar. "Descubrir los rasgos comunes que permiten que los virus salten entre animales y humanos nos ayuda a identificar posibles reservorios de enfermedades y nos advierte de futuras amenazas", señaló. "Saber más sobre el mecanismo que permite que ciertos virus se vuelvan zoonóticos es crucial cuando se trata de la familia de los coronavirus".
Bailey recordó que es lo que había sucedido con el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), con los camellos actuando como un huésped intermedio, y añadió que es probable que haya otros coronavirus con una propensión similar a cambiar de huésped que ya están circulando en la naturaleza, por ejemplo, en murciélagos.
“Sabemos que los murciélagos tienen muchos coronavirus, y que los murciélagos representan alrededor del 20 por ciento de las especies de mamíferos, por lo que de alguna manera es un problema de números. Hay muchos murciélagos y, por lo tanto, muchos coronavirus procedentes de murciélagos."
Otra línea de investigación veterinaria del grupo era ver si el SARS-CoV-2 usaba sus espículas para unirse a los receptores celulares de diferentes animales para determinar cuáles pueden ser susceptibles a la infección. Los receptores de perros, gatos y ganado vacuno se identificaron como los interactuantes más fuertes con la espícula del SARS-CoV-2.
Dalan Bailey comentó que la entrada en un huésped es solo un paso en el ciclo de replicación viral y hay otros factores que desempeñan un papel importante para determinar si un animal u otro contrae la enfermedad o transmite el virus.
“Curiosamente", añadió, "mientras que en nuestro estudio los receptores de los perros se mostraron altamente permisivos para la unión con las espículas de SARS-CoV-2, estos animales se infectan leve o subclínicamente cuando se exponen o contagian naturalmente con el virus.
“La susceptibilidad de un animal a la infección y su subsiguiente capacidad para infectar a otros depende de una variedad de factores, incluyendo si el SARS-CoV-2 es capaz de replicarse una vez dentro de las células y la capacidad del animal para combatir el virus.
"Son necesarios más estudios para comprender si el ganado y los animales de compañía podrían ser receptivos a la infección por COVID-19 de los humanos y actuar como reservorios de esta enfermedad", concluyó.