En un resultado prometedor para el éxito de las vacunas contra la COVID-19, los monos macacos rhesus infectados con el coronavirus humano SARS-CoV-2 desarrollaron respuestas inmunitarias protectoras que podrían reproducirse con una vacuna. El trabajo se llevó a cabo en el Centro Nacional de Investigación de Primates de California en la Universidad de California, Davis, y se publicó en la revista Nature Communications.
"Estos resultados sugieren que las vacunas que inducen una inmunidad protectora duradera contra el SARS-CoV-2 lo hacen estimulando respuestas robustas del centro germinativo, una pregunta que puede responderse de manera efectiva utilizando el modelo rhesus", explica Smita Iyer, profesora asistente de Patología, Microbiología e Inmunología de la Facultad de Veterinaria de UC Davis y en el Centro de Inmunología y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.
“La respuesta inmunitaria al coronavirus desempeña un papel protector en la recuperación de la enfermedad y la mayoría de los pacientes se recupera por completo”, añade Iyer. Pero una respuesta inmunitaria incontrolada o también podría causar “complicaciones graves en algunas personas”.
Los estudios en animales son fundamentales para identificar de manera concluyente los marcadores de protección mediada por vacunas: “Comprender los determinantes inmunitarios de la protección contra infecciones y enfermedades es fundamental para mejorar la eficacia de la vacuna”, apunta Iyer.
En la investigación llevada a cabo, los científicos infectaron a ocho macacos rhesus con el virus SARS-CoV-2 aislado del primer paciente humano tratado en UC Davis. En ese momento (principios de marzo), el caso era el primer ejemplo conocido de transmisión comunitaria en Estados Unidos que no podía rastrearse hasta alguien que llegaba de otro país.
Los investigadores siguieron las respuestas inmunitarias en los animales durante aproximadamente dos semanas. Los animales mostraron una enfermedad leve que se resolvió rápidamente o ningún síntoma, con una respuesta inmunitaria breve y transitoria.
Los animales mostraron todos los signos de producir una respuesta inmunitaria eficaz a una infección viral. Produjeron un tipo de célula auxiliar llamada células Th1 en la sangre, los pulmones y los ganglios linfáticos, y produjeron tanto anticuerpos de tipo IgM como anticuerpos IgG de mayor afinidad asociados con la protección inmunitaria a largo plazo.
“Es importante destacar que las estructuras llamadas centros germinales se desarrollaron en los ganglios linfáticos cerca de los pulmones. Estos contenían células llamadas células auxiliares foliculares T, o células Tfh. Los centros germinales y las células Tfh están asociados con la generación de células plasmáticas, que permanecen en el cuerpo durante muchos años para producir anticuerpos contra patógenos que el sistema inmunológico ha visto antes. Estas células plasmáticas permiten que el sistema inmunológico recuerde y reaccione a infecciones que ocurrieron años o décadas antes”, apuntan desde el equipo de investigadores
"Estos resultados sugieren que las vacunas que inducen respuestas Th1-Tfh apoyarán la inmunidad”, termina Iyer.