La noticia el pasado viernes 19 de febrero sobre la aprobación del Plan de Estudios del nuevo Grado de Veterinaria de la Universidad Europea de Madrid, que se convierte así en la tercera facultad de Veterinaria en la Comunidad de Madrid y la decimocuarta de España, no ha tardado en levantar voces de protesta.
Esas protestas no son nuevas: en su día el Colegio de Veterinarios de Madrid ya mostró su rechazo ante las autoridades académicas de la Comunidad de Madrid respecto al proyecto de abrir una nueva facultad de Veterinaria, proyecto que calificaban como “un absoluto disparate y un sinsentido” con gravísimas consecuencias para la profesión en su conjunto.
Ahora, el Colegio de Veterinarios de Madrid ha recordado cómo en su momento mantuvieron diversas reuniones con el Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid junto con el Decano de la Facultad de Veterinaria de la Complutense, exponiendo datos y argumentos de los efectos negativos para la profesión y la sociedad que tendría la apertura de una nueva facultad de Veterinaria en Madrid y en España.
Para apoyar esta postura se hicieron públicos informes y comunicados en contra de nuevas aperturas de facultades de veterinaria, elaborados por parte de la Conferencia de Decanos y Decanas de Facultades de Veterinaria de España y la Asociación Europea de Facultades de Veterinaria.
“Lamentablemente”, manifiestan desde el Colegio de Veterinarios de Madrid, “los argumentos que trasladamos en su día junto con la Conferencia de Decanos y Decanas y las Asociaciones Europeas del sector y el Consejo General de Veterinarios de España a las autoridades de la Comunidad de Madrid y del Estado, responsables de adoptar la decisión de autorizar esta apertura, continúan estando vigentes”.
Las consecuencias de la apertura de esta nueva facultad, recuerdan, no harán sino agravar todavía más, y especialmente en Madrid, el alto desequilibrio existente entre el exceso de oferta respecto a la demanda de empleo de veterinarios.
De este modo, aumentará la actual situación de precarización laboral, cuyos niveles son alarmantes y limitará el desarrollo profesional integral, que se agravaría aún más en el caso de focalizar la formación hacia el sector clínico de animales de compañía, un hecho “que confiamos no se produzca”, señalan desde el Colegio de Veterinarios.
Desde el punto de vista académico, prosiguen, la creación de una nueva facultad exige elevadas inversiones y puede conllevar una gran dificultad para cumplir con los exigentes estándares de calidad en la formación demandados por la Unión Europea.
“Puesto que esta nueva facultad ya es un hecho”, concluyen, “exigimos a los responsables de la Universidad Europea de Madrid que no escatimen esfuerzos y recursos para que la calidad y la experiencia de los docentes, así como de su Hospital Veterinario, estén a la altura de lo que demanda la profesión y la sociedad”.