Los veterinarios de toda Europa continúan luchando para impedir la restricción del uso veterinario de antibióticos, que votará el Parlamento Europeo el próximo 13 de septiembre. Ese día se debate la aprobación de la moción a una resolución para restringir a los humanos los considerados por la Organización Mundial de la Salud como “antibióticos de importancia crítica de máxima prioridad”. Esto supondría que no podrían utilizarse algunos antibióticos de uso habitual en animales, como colistina, macrólidos, fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera y cuarta generación.
La Federación de Veterinarios de Europa y EPRUMA se están movilizando para impedir que esta resolución se vota afirmativamente, y una de las acciones que llevan a cabo es la redacción de una “carta abierta” en la que se pide a los miembros del Parlamento Europeo que voten en contra de la propuesta de resolución.
Sus promotores quieren conseguir que la carta sea firmada por tantas organizaciones nacionales y de la UE como sea posible, incluyendo asociaciones de veterinarios, ganaderos, industrias de alimentación animal, bienestar animal, etc. La FVE señala que es importante contar con la firma de asociaciones nacionales, ya que los diputados al Parlamento Europeo son, por razones electorales, más sensibles a las partes interesadas nacionales que solo a las de la UE.
Teniendo en cuenta que la votación en el Parlamento Europeo se celebrará el 13 de septiembre, los promotores de la carta han puesto como fecha límite para firmarla el 6 de septiembre, para después enviarla al parlamento. Por eso, en esta última semana de recogida de firmas piden a todos los veterinarios europeos que se adhieran a la misiva, y que la difundan lo máximo posible, ya que “cuantas más firmas logremos recoger, más peso tendrá nuestra llamada al rechazo”.
EPRUMA precisa que apoya las acciones para combatir la resistencia a los antimicrobianos, así como la necesidad de una acción coordinada para la protección de la salud pública y animal. Pero igualmente, aporta una serie de razones para que los parlamentarios europeos rechacen la moción. Entre estas razones se encuentran las siguientes:
El nuevo Reglamento sobre medicamentos veterinarios (Reglamento 2019/6) requiere buscar asesoramiento científico para identificar aquellos antimicrobianos que deben reservarse solo para uso humano. También introduce nuevas restricciones adicionales para el uso de antimicrobianos. El objetivo de la moción es cambiar el reglamento recientemente adoptado.
La moción no reconoce la extensa serie de medidas de control sobre el uso de antimicrobianos tanto en individuos como en grupos de animales en el nuevo reglamento y socava el consenso alcanzado por los colegisladores en 2019, en particular, con respecto a las restricciones sobre el uso profiláctico y metafiláctico de antimicrobianos.
Las nuevas medidas de control van desde recopilar y monitorear el uso de antimicrobianos y datos de resistencia en animales, hasta restringir y dar pautas sobre la prescripción y el uso. Estas medidas se retrasarían con la moción.
La moción afirma erróneamente que el acto delegado no protegería adecuadamente la salud pública. Esto ignora los criterios del acto delegado que permite decisiones caso por caso basadas en evidencia para reservar un antimicrobiano para uso humano incluso cuando existe una necesidad en salud animal.
El acto delegado de la Comisión ofrece expresamente esta garantía y cumple criterios que están diseñados para ser muy estrictos y tienen plenamente en cuenta los intereses de la salud pública.
Para EPRUMA, la moción:
El enfoque de la moción significaría imponer una prohibición excesiva de los antibióticos. Causaría un daño irreparable a la salud animal tanto en las granjas como en nuestros hogares y supondría un sufrimiento innecesario a los animales. Forzar el uso del pequeño espectro de antimicrobianos que quedan para tratar a los animales aumentaría la presión sobre esos antimicrobianos, favoreciendo el desarrollo más rápido de resistencias para este grupo de antimicrobianos.
Tener suficientes antimicrobianos disponibles en los animales también es importante para proteger la salud pública, porque más del 60 % de las enfermedades infecciosas de los animales son transmisibles a los humanos, según la OIE.
Existe un consenso científico sobre la contribución limitada del uso de antimicrobianos en animales al problema general de la resistencia a los antimicrobianos en los seres humanos. Varios estudios que utilizan tecnologías de seguimiento modernas han demostrado que el uso veterinario de antibióticos tiene un impacto significativamente menor en la efectividad de la terapia antimicrobiana en humanos de lo que se suponía originalmente.
EPRUMA señala que la moción:
La carta abierta puede leerse y firmarse en este enlace.