El Colegio de Veterinarios de Granada concedió recientemente el título de Colegiado de Honor a José Luis Guirao por sus más de 25 años de trabajo al frente de la Fundación Agua de Coco, que desde 1994 impulsa proyectos humanitarios en todo el mundo, con una especial preocupación por la infancia y los colectivos en situación de exclusión social en países del sur.
¿Qué sintió al conocer su nombramiento como Colegiado de Honor del Colegio de Veterinarios de Granada por su labor en la Fundación Agua de Coco?
Primero he sentido mucho orgullo porque evidentemente siendo veterinario y de Granada esto es un regalo enorme. Sé que se lo merecen otros muchos antes que yo, pero el nombramiento ha sido una maravilla y el honor es enorme. Puede ser que me merezca algún nombramiento, pero este es importantísimo para mi, como veterinario, como profesional y como granadino.
¿Qué le impulsó a crear la fundación?
Esta fundación se creó en el año 1994. En 1992 fui como veterinario a Camboya, y ahí pude ver que además de las necesidades veterinarias, que es para lo que yo iba, había necesidades humanas que también era necesario atender, como salvar vidas de personas y familias enteras que se morían de hambre, familias que vivían de la prostitución… En general había una problemática social gravísima que debía ser atendida de manera paralela a la labor de veterinario, por lo que me lancé a hacer las dos cosas.
Al poco tiempo me di cuenta de que atender a las necesidad sociales y humanas era primordial, sacar a las niñas de la prostitución, apoyar su escolarización y formar a las familias para que pudieran tener un futuro. Y aunque el trabajo veterinario también era importantísimo comencé a dedicarme a esta labor social a tiempo completo. Esta decisión me llevó a crear la Fundación Agua de Coco con el objetivo de salvar vidas, y casi 30 años después continúo con esta labor. Por supuesto, el trabajo con los animales y con la preservación del medioambiente no lo he olvidado, está muy presente en nuestros proyectos, pero en estos momentos es una prioridad entre tantas que tenemos en nuestra fundación.
Ustedes comenzaron a trabajar en Camboya, pero luego se trasladaron también a otros países. ¿Cuál ha sido la evolución de la fundación en este tiempo?
Como ya expliqué antes, yo empecé en Camboya en el 1992 y con la fundación en 1994. Después de Camboya hemos estado en muchos otros lugares desarrollando otros proyectos. Pero además yo, como profesional veterinario y humanitario, estuve trabajando un tiempo en el genocidio de Ruanda en el año 96, en la India, en Brasil y ahora en Madagascar. Todo esto forma parte de mi trayectoria profesional y personal.
He ido seleccionando países que estaban en guerra, que tenían muchas problemáticas, países diferentes con el objetivo de conocer otras culturas, otros idiomas… he intentado diversificar mi oficio y mi vida en muchos países, en muchas culturas y en muchos idiomas. Mi trayectoria personal hizo que adoptara a mis dos primeras hijas en Madagascar, que posteriormente me casara, y que decidiera establecer mi lugar de residencia aquí, en Madagascar, pero sigo moviéndome mucho por otros países, intentando apoyar con los proyectos de Fundación Agua de Coco.
¿Cómo puede colaborar con ustedes un veterinario que esté interesado en ayudarles? ¿Qué tal se conjuga la Veterinaria con la solidaridad y el voluntariado?
Todos y todas pueden ayudar, pero como veterinario también podéis resolvernos muchos problemas aconsejándonos de forma profesional o podéis venir in situ a ayudarnos en nuestros proyectos, también podéis venir en vuestro verano a hacer un voluntariado a Madagascar. Desde España y Granada también podéis ayudarnos colaborando de manera voluntaria. Para informaros sobre la manera de colaborar solo tenéis que escribirnos a voluntariado@aguadecoco.org o acercaros a nuestra sede en Calle Acera del Darro 5 en Granada.
También podéis haceros socios o socias con una cantidad mensual que suele rondar los 10 € o 15 € al mes para que nos llegue directamente a nuestros proyectos y con esos 15 euros hagamos 15.000 maravillas.