La investigación veterinaria se vuelca también con La Palma. Desde que comenzaron las erupciones del volcán de Cumbre Vieja han llegado noticias de cómo los veterinarios están trabajando con todas sus fuerzas para atender a los animales afectados. Poco después de que comenzara esta situación se puso en marcha un grupo de veterinarios voluntarios, coordinados a través del Colegio Oficial de Veterinarios de Santa Cruz de Tenerife, para dar atención a los animales de compañía de la isla.
El Colegio de Veterinarios tinerfeño se puso también en contacto con el grupo de investigación de Medicina e Investigación Terapéutica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para solicitar colaboración y asesoramiento científico. “Inmediatamente nos pusimos a trabajar conjuntamente para conocer sus necesidades y elaborar un plan de actuación”, explica José Alberto Montoya, catedrático de Veterinaria en la Universidad de Las Palmas y coordinador del grupo.
Era necesario apoyo y soporte diagnóstico para los virus de la leucemia, inmunodeficiencia y panleucopenia felinas, y en el caso de los perros para Giardia, Dirofilaria immitis y Leishmania infantum, Ehrlichia canis y Anaplasma platys. “También solicitaban fármacos para desparasitar a los animales y protocolo terapéutico para el tratamiento de dirofilariosis cardiopulmonar canina, pues habían detectado varios perros infectados por D. immitis entre los animales recogidos y atendidos”, añade Montoya. No es casual que para solicitar esta ayuda recurrieran a dicho grupo de investigación, que tiene en el estudio de la dirofilariosis una de sus líneas principales de trabajo, en la que son un equipo referente internacional.
Estudiadas las posibilidades de pruebas diagnósticos que se encuentran en el mercado veterinario, Montoya y su grupo contactaron con la empresa española Urano Vet, que ha cedido desinteresadamente las pruebas de diagnóstico rápido de la gama Uranotest necesarias, que fueron rápidamente remitidas a la carpa de tratamiento veterinario instalada en las inmediaciones del volcán.
“Desplazamos a la isla de La Palma a una de nuestra investigadoras predoctorales, la doctora Sara Nieves García Rodríguez”, prosigue Alberto Montoya, para trabajar conjuntamente con el equipo veterinario allí destacado, poner en marcha los test diagnósticos, ayudar a los veterinarios en sus tareas clínicas y conocer la situación de las enfermedades estudiadas”.
En su trabajo se prestó especial interés a la dirofilariosis canina: “en los primeros días se diagnosticaron 30 perros que presentaban la enfermedad y se tienen localizados y pendiente de diagnóstico unos 50 animales más”, añade Montoya.
Tras diseñar el complicado plan de tratamiento, el grupo contactó con Boehringer Ingelheim, que fabrica y distribuye los fármacos necesarios para el tratamiento preventivo y curativo de la dirofilariosis cardiopulmonar canina que de forma desinteresada va a suministrar. Estos fármacos van a ser recibidos en esta próxima semana en La Palma e inmediatamente empezaran a suministrase a los animales, según las pautas acordadas.
“Tenemos previsto volver a desplazarnos a La Palma a valorar los resultados e implementar nuevas pautas si fuera necesario”, comenta Alberto Montoya, que añade que “con todos los datos recabados vamos a realizar estudios clínicos y epidemiológicos de mucho interés”.