Casi 80.000 firmas para que la apicultura sea declarada Patrimonio de la Humanidad son el fruto del tesón de Enrique Simó Zaragoza, un veterinario, biólogo y apicultor valenciano que a través de la plataforma change.org ha lanzado una campaña para proteger las abejas y poner en valor a la apicultura.
El Colegio de Veterinarios de Valencia recoge las palabras de Enrique Simó en una entrevista a Europa Press, en la que comenta que su intención es “abrir los ojos a los demás sobre el maravilloso mundo de la apicultura y el valor que proporciona a la agricultura y a los ecosistemas”. Simó recuerda que se les debe a las abejas “más del 70 por ciento de los alimentos que se comen”, y que por ello se las debe proteger urgentemente ya que son “un tesoro”.
Con su iniciativa, el veterinario quiere devolver “todas las alegrías que le han dado las abejas y la apicultura en general”. Después de llevar años trabajando en sanidad animal, Enrique Simó entabló su relación con las abejas tras una entrevista de trabajo por la que entró a formar parte de una asociación apícola. Ahora, Simó persigue que la UNESCO declare este oficio tradicional como patrimonio de la humanidad para garantizar la protección de las abejas y de un sector al que Simó califica de “imprescindible”.
Según ha considerado, el beneficio de la polinización solo en el sector agrario supera los 4.000 millones de euros anuales, un beneficio que supera los 153.000 millones de euros al año a nivel global. “La miel, polen, cera, jalea real, propóleo, son tesoros secundarios” respecto al “principal” obsequio de las abejas que es la polinización y su contribución a la salud del planeta.
Simó destaca que la apicultura es imprescindible para los ecosistemas naturales y agrarios pero que el sector está “en situación límite”, ya que el balance de las últimas campañas apícolas es “realmente preocupante”, con un descenso de la cosecha de miel que supera el 40 por ciento. También aprovecha para denunciar que en la actualidad los precios de venta que se oferta a los apicultores están por debajo de sus costes de producción.
El veterinario y biólogo insiste en la importancia de la apicultura para el territorio, con escenas de recolección de miel representadas por las pinturas rupestres, como las que se encuentran en la cueva de la araña Bicorp, que alberga la primera imagen de recolección de miel a nivel mundial y está incluida en el arte rupestre levantino que fue declarado por la UNESCO en 1998, bien de interés cultural Patrimonio de la Humanidad.
El objetivo final de Enrique Simó es lograr 150.000 firmas con las que remover conciencias: “Que la gente tenga en el corazón la apicultura y las abejas. Está siendo un proceso muy interesante ver cómo la sociedad nos apoya: es un regalo”, puntualiza.