La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, fundada como OIE) ha publicado en su página web una entrevista con el Dr. Javier Yugueros-Marcos, jefe del departamento de antibioresistencia y productos veterinarios. En ella presenta las principales conclusiones de un informe de referencia con las tendencias sobre el uso mundial de antimicrobianos en los animales elaborado recientemente por la OMSA.
Pese a que el informe muestra una disminución en el uso de antimicrobianos en el sector animal, ¿resulta suficiente para contrarrestar el desarrollo de la resistencia a los antimicrobianos (RAM)?
Nos complace observar avances constantes en la manera en que se utilizan los antimicrobianos en los animales. De 2016 a 2018, de acuerdo con los datos notificados a nuestra organización, las cantidades mundiales utilizadas en animales han disminuido en un 27 %. Se trata de resultados alentadores que muestran el compromiso del sector de la sanidad animal, de los productores a los veterinarios, para responder a este reto sanitario mundial. Estos esfuerzos también contribuyen a proteger la salud de todos, dado que las bacterias resistentes a los medicamentos pueden propagarse entre y dentro de las poblaciones de animales, hombres, plantas y a través del medio ambiente.
Todavía queda mucho por hacer en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos y para conservar la eficacia de estos medicamentos esenciales. En los sistemas de producción animal, es indispensable contar con prácticas que reduzcan la necesidad de antibióticos, evitando en primer lugar las enfermedades. Las medidas de bioseguridad y las buenas prácticas de ganadería pueden tener un enorme impacto en reducir el riesgo de introducción, establecimiento y propagación de infecciones en los animales. De manera paralela, urge financiación apropiada destinada a respaldar la investigación para las alternativas del uso de antimicrobianos, por ejemplo, a través de la vacunación.
Para avanzar debemos aumentar nuestro conocimiento y comprensión sobre el cómo, cuándo y por qué de la utilización de antimicrobianos en el mundo. La base de datos creada por la Organización Mundial de la Sanidad Animal en 2015 contribuye a este conocimiento, al permitir que los países adquieran una mejor comprensión de su situación y midan los progresos y la eficacia de sus acciones a lo largo del tiempo.
Las tetraciclinas son los antibióticos más usados en la sanidad animal a nivel mundial. ¿Por qué? ¿Conllevan el riesgo de desarrollar resistencia?
Las tetraciclinas constituyen una de las primeras familias de antibióticos descubiertas y fueron encontradas en 1944 no mucho después de que Alexander Fleming descubriese la penicilina. Tienen un gran espectro de actividad lo que significa que pueden actuar contra un amplio rango de bacterias que causan enfermedad. Se encuentran fácilmente disponibles en todo el mundo y son mucho más baratas si se comparan con otros antibióticos de amplio espectro (por ejemplo, fluoroquinolonas). En los animales terrestres destinados a la alimentación constituyen el tratamiento de primera línea para numerosas enfermedades en diferentes especies, entre ellas grandes rumiantes (listeriosis, micoplasmosis, etc.), cerdos (enfermedades respiratorias y gastrointestinales, septicemia neonatal, etc.), aves de corral (enfermedades respiratorias, coccidiosis, artritis, etc.) entre otras.
Al igual que con cualquier antimicrobiano, cuando se emplean en forma inadecuada o en exceso, existe el riesgo de selección de patógenos resistentes. Mientras algunos estudios muestran una relación entre el uso en animales y la resistencia observada en los humanos, se requiere mayor investigación para comprender plenamente las implicaciones. La RAM es un fenómeno complejo que puede originarse en poblaciones de animales, humanas o de plantas y que puede suponer una amenaza para todas las demás especies.
Antes de que sea demasiado tarde, es esencial una vigilancia integrada que permita reunir datos a través de los sectores en términos de seguimiento y adopción de medidas preventivas. Por consiguiente, estamos trabajando con los socios de la Cuadripartita – la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) – en aras de reforzar la vigilancia a nivel nacional, la integración de datos regionales y mundiales, así como los análisis intersectoriales.
El informe también destaca una disminución en el uso de antimicrobianos “críticos” en los animales. ¿Qué más se puede hacer para preservar la eficacia de estos antimicrobianos específicos que son esenciales para la medicina humana?
Vale la pena enfatizar que los antimicrobianos son importantes tanto para la salud humana como animal. En 2006, desarrollamos una lista de agentes antimicrobianos importantes para la medicina veterinaria. Dentro de esta lista, hicimos recomendaciones a nuestros Miembros acerca de aquellos antimicrobianos que la OMS considera de máxima prioridad y que son críticos para la salud humana. El objetivo de las recomendaciones es desalentar su uso en animales. Esto significa que los antimicrobianos de importancia crítica no se deben utilizar como tratamiento de primera línea, a menos de que se disponga de evidencia justificada (por ejemplo, resultados de susceptibilidad en las pruebas antimicrobianas) ni como promotores de crecimiento de animales sanos. Sin embargo, en algunas situaciones específicas, su uso puede seguir siendo necesario para garantizar la sanidad y el bienestar animal.
Esta lista sirve de referencia para que los países desarrollen sus propias directrices que garanticen el uso responsable de antimicrobianos en los animales productores de alimentos.
Al menos más de 40 países, siguen administrando antibióticos para estimular el crecimiento de animales sanos, ¿cuál es la posición de la Organización Mundial de Sanidad Animal sobre este tipo de prácticas?
Todo empleo de antimicrobianos en animales debe hacerse en consonancia con nuestras normas internacionales que alientan un uso responsable y prudente. Basadas en fundamentos científicos, las normas del OMSA se publican en el Código Terrestre y el Código Acuático. De conformidad con estas recomendaciones, se considera que no es responsable el uso de agentes antimicrobianos como promotores de crecimiento en ausencia de un análisis de riesgo. Cabe destacar que para aquellos antimicrobianos calificados por la OMS como de alta prioridad y de importancia crítica, urgimos a los Miembros a eliminar su utilización como promotores de crecimiento y a explorar alternativas que aumenten la productividad.
Por otra parte, trabajamos de cerca con las autoridades veterinarias con el ánimo de que estas directrices se adapten y se pongan en práctica a nivel nacional. Resulta igualmente relevante el apoyo al desarrollo de campañas de sensibilización destinadas a promover el uso prudente de antimicrobianos y la implementación de las buenas prácticas de ganadería y de bioseguridad con el fin de prevenir las enfermedades de los animales.
¿Por qué en el informe no se accede a los datos presentados por país?
El informe ofrece un panorama global y regional del uso de los antimicrobianos en animales. Los datos no se desglosan por país ya que el objetivo de nuestra base de datos es fomentar la participación del mayor número de países, sin señalar posibles brechas en las capacidades nacionales.
No obstante, alentamos a los países a utilizar sus datos disponibles para entender mejor su situación nacional y medir los avances y la eficacia de sus acciones con el paso del tiempo. La información colectada puede publicarse en plataformas nacionales y los países que ya lo están haciendo se referencian en la sección 11 del informe. En el futuro cercano, nuestro nuevo sistema en línea (ANIMUSE) de colecta y notificación de información sobre el uso de antimicrobianos permitirá a los países explorar y analizar sus datos a través de una plataforma interactiva.
¿Es posible comparar los datos del uso de antimicrobianos entre animales y humanos?
En los últimos años, uno de los mayores logros alcanzados en nuestros procedimientos de colecta y análisis de los datos ha sido el ajuste de las cantidades de antimicrobianos utilizadas en animales a su biomasa. Este parámetro ha sido clave a la hora de establecer comparaciones relevantes de las cantidades de medicamentos empleados en las diferentes especies de animales, las regiones y esperamos que pronto se pueda extender a los humanos. La biomasa animal se calcula como el peso total de los animales domésticos vivos en un país dado por año. Ya que los antibióticos se usan de manera diferente dependiendo de las especies de animales y de los tipos de sistemas de producción, la variación de la composición de las especies de la biomasa regional puede explicar algunas de las diferencias establecidas en el consumo de antimicrobianos entre países y regiones.
Sin embargo, hasta la fecha, no es posible comparar nuestros datos mundiales en animales a las cantidades de antimicrobianos utilizados en el sector de la salud humana. Si bien, algunos países establecen esta comparación (por ejemplo, Canadá y los países de la Unión Europea), alcanzar esta meta resulta mucho más complejo a nivel mundial. Con el fin de responder a esta brecha y obtener un mejor panorama del uso de antimicrobianos y de la RAM entre los diferentes sectores, estamos colaborando con OMS y la FAO en el desarrollo de una plataforma conjunta que apoyará a los responsables del desarrollo de estrategias relevantes en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos dentro del concepto “Una salud”.
¿Puede prohibirse el uso de antimicrobianos en los animales y remplazarse con vacunas y con buenas prácticas de ganadería?
Aunque tanto las vacunas como las buenas prácticas ganaderas son medidas capitales para prevenir las enfermedades y constituyen componentes centrales en la lucha contra la RAM, algunas veces los animales se enferman igual y necesitan tratamiento.
Desafortunadamente, todavía no contamos con vacunas disponibles para todas las enfermedades, lo que significa que la prohibición completa de antimicrobianos sería perjudicial para la sanidad y el bienestar animal, al igual que para las comunidades que dependen de la ganadería, sin mencionar el impacto negativo en las economías nacionales y la seguridad alimentaria.
Si bien se necesitan antimicrobianos para combatir las enfermedades infecciosas de los animales, la Organización Mundial de Sanidad Animal, promueve su empleo de manera responsable y sólo cuando es inevitable, cuando fallan las medidas de bioseguridad y cría, y cuando no se cuenten con otras alternativas