Según la ONU, el 90 % de la biodiversidad de nuestro planeta está bajo el agua, por lo que su conservación con enfoque One Health “es fundamental” “viviendo de una forma más sostenible”, según revindica Daniel García Párraga, veterinario y director de operaciones zoológicas del Oceanogràfic de Valencia, en Con V de Vet, el programa de MSD Animal Health que visibiliza el trabajo de los profesionales de la salud animal.
El Oceanogràfic de Valencia es el mayor acuario de Europa. Un espacio que contiene hábitats de grandes dimensiones que reproducen los ecosistemas marinos más importantes. “Es un centro donde tratamos de transmitir al público el respeto por el mar a través del asombro y la observación de la belleza de los animales”, explica García Párraga para quien aún queda mucho por descubrir porque “conocemos más de la Luna o de Marte que de lo que hay en el fondo mar, el gran desconocido”.
Más allá del contenido lúdico, “es un acuario del siglo XXI donde aprendemos, desarrollamos ciencia y, de algún modo, devolvemos a los animales y a la conservación del medio marino lo que con la actividad humana le vamos quitando”, asegura. “Tenemos que sensibilizar, aprender y concienciar. Vivir de una forma más sostenible. La forma de vida actual no se puede mantener a largo plazo”, opina el veterinario del acuario valenciano.
Con el objetivo de reforzar y amplificar la labor del Oceanogràfic para proteger el medio marino nació la Fundación Oceanogràfic, “donde se vehiculan todas las actividades de recuperación de especies, investigación… y de atención a los animales que llegan heridos o enfermos a la costa valenciana”, explica García Párraga que trabaja en este centro desde su fundación hace ya 19 años.
Una de las principales líneas de acción se lleva a cabo en el Área de Recuperación y Conservación de Animales del Mar, conocido como ARCA del Mar. Un “hospital” marino donde el equipo veterinario se encarga de la recuperación de especies como tortugas marinas, tiburones y algunos cetáceos que aparecen varados en la costa o que son rescatados en el mar.
“La contaminación por plásticos es una de las grandes amenazas a las que se enfrentan las tortugas marinas”, ejemplifica García Párraga. Estos animales tienden a comerse los plásticos que flotan, y muchos de estos elementos plásticos “acaban en el aparato digestivo de las tortugas”, ejemplifica. Para el veterinario del Oceanogràfic, “quizá la tortuga pueda ser uno de los animales que está en peligro de extinción, precisamente, por los cambios que el ser humano está induciendo en el planeta”, añade.
En la actualidad, el Oceanogràfic desarrolla más de 60 líneas de investigación. Una de ellas cuenta con un famoso protagonista: Kylu. Un bebé beluga que nació en 2016, siendo uno de los pocos en el mundo que lo ha hecho en cautividad. “Nos ofrece la oportunidad de estudiar la relación madre-cría y el desarrollo del bebé. Hemos podido realizar estudios de inmunología, cardiología y, sobre todo, de acústica, de comunicación con la madre”, explica. “Nos aporta mucho conocimiento para proteger a las belugas en su hábitat natural”, resume con orgullo.
El Oceanogràfic es un ejemplo de colaboración en red con enfoque de Una Salud. “Trabajamos con universidades, colectivos de pescadores, Guardia Civil, Cruz Roja… porque somos muchos los actores implicados para sacar adelante a los animales y reconocer los problemas que más les afectan para intentar solucionarlos”, continúa.
“Desde el punto de vista veterinario, el aspecto One Health, el tratar de proteger el medio ambiente para proteger a los animales y, así, proteger a las personas es fundamental. Al final todo está interconectado. Nuestra propia actividad como seres humanos tiene un impacto sobre el medio ambiente, y éste se va degradando”, repercutiendo sobre “los animales y sobre nosotros”, justifica García Párraga.
“Tenemos que preservar la naturaleza y los océanos no solo por responsabilidad, sino por supervivencia. Los océanos nos dan oxígeno, nos aportan comida, medicamentos, clima... Es una cuestión egoísta, nos interesa conservar los océanos”, continúa. “Mi sueño es que el Oceanogràfic y otros centros de este tipo contribuyan a ese cambio social tan necesario para vivir de una forma más sostenible”, concluye el responsable veterinario del Oceanogràfic.